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Tres apuntes para cerrar la semana

Del director ·

Ningún país está libre de casos como el ocurrido ayer en Japón

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Sábado, 9 de julio 2022, 00:08

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Asesinato en Japón. Sobrecoge siempre una muerte violenta pero quizás más en un país al que habitualmente no identificamos con ese tipo de sucesos. Por eso impacta lo ocurrido ayer en Japón, donde el ex primer ministro Abe murió a manos de un antiguo militar que le disparó a bocajarro. Ningún país, ninguna región, ningún municipio y ningún barrio está libre de acontecimientos de estas características, que conectan con el lado más oscuro de la naturaleza humana, ese que existe por más que nos empeñemos en que se puede corregir y evitar. No se trata de normalizar muertes violentas como la de ayer sino de colocarlas en su contexto. Por desgracia, allí donde haya seres humanos, pueden suceder estas cosas. Por eso mismo es tan importante que el acceso a las armas -o a los elementos para fabricarlas, que parece que es el caso- sea lo más difícil posible y, si sucede, con todas las garantías.

El ejemplo de Nadal. Cuesta escribir algo poniendo en duda la actitud de Rafael Nadal pero la sinceridad es obligada. El tenista se retiró finalmente en Wimbledon y no podrá competir por el título de campeón. Lo hizo tras una semifinal agónica, en la que jugó, como siempre, por encima del 100% de sus posibilidades y eso a pesar de sufrir los dolores propios de una lesión muscular. No hace mucho ocurrió otro tanto con un pie y se acumulan los problemas en un cuerpo que atesora años de esfuerzos titánicos. ¿Es esa la mejor lección que debe dar un deportista de élite que sabe que es un ejemplo para muchos, en especial para las nuevas generaciones? El esfuerzo va implícito en el deporte, pero el sobresfuerzo a sabiendas del impacto en la salud ya es otra cosa. Claro que, con su historia, a ver quién se lo dice, pues ya vimos que no hizo caso ni a sus familiares cuando le recomendaban desde la tribuna de espectadores que se retirase.

Covid y restricciones. No las habrá ahora, no las habrá en todo el verano... ¿Lo justifican los datos? En realidad, da igual. Después de lo vivido en los últimos meses y a menos de un año de las elecciones autonómicas y locales, casi ningún gobernante o aspirante a serlo en 2023 quiere aparecer ante los ciudadanos como el responsable de volver a las restricciones, recuperar el uso obligatorio de mascarillas en interiores o limitar aforos. Eso tuvo un coste político importante para quienes gestionan lo público y ahora parece un lujo. Debe ser que saturar los hospitales y arriesgar vidas es un lujo que sí nos podemos permitir.

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