Nosotros seguiremos
Un martes cualquiera ·
Son tantas las sensaciones, los sentimientos encontrados, los efectos del volcán de La Palma, que las discusiones emergen con la misma intensidad que la solidaridad, la frustración o la empatía con aquellos que lo han perdido todo. Guerra de medios locales y nacionales. Las estrellas mediáticas llegan a tocar la lava franqueados por su gigantesca audiencia, condenando al periodista de la tierra, ese que siempre estuvo ahí, a una visión periférica de la noticia, a esperar que los grandes focos se vayan difuminando para volver a cobrar el protagonismo que nunca debió perder.
Este es uno de los debates, pero el más recurrente es el de separar, para no herir sensibilidades, el espectáculo del drama. Hay quienes han aprovechado la coyuntura para la invención de cargos públicos falsos que elogian la belleza de la erupción instando a los palmeros a sentirse dichosos por poder disfrutar del tal suerte en casa. Hienas. Incluso han aparecido iluminados, contribuyendo a la desafección con la península, que llegan a cuestionar la edificación de casas en islas volcánicas. Con ellos no tengo palabras.
Pero si es que, ¿no se han dado cuenta?, ya no hay pandemia. La lava también se ha llevado por delante al virus en su lento y holocáustico caminar. Sin embargo, si existe una preocupación que comparto sin pestañear es el olvido en el que pueden quedar las familias que lo han perdido todo cuando el foco mediático se harte de tanta lava. Aquí es donde hay que hacer fuerza y por el que se debe valorar al trabajo de los medios isleños. Nosotros seguiremos poniendo en el escaparate las desgracias de los afectados hasta que sus daños sean justamente reparados.