Hoy en día vivimos en una sociedad de la inmediatez; queremos todo rápido. Y en esta vorágine también se encuentra incluida la alimentación. Hemos trasladado el tiempo de dedicación a las comidas a otros tipos de tareas. Esto es un grave error, ya que para que nuestro cuerpo funcione necesita alimentarse, siendo los nutrientes nuestra gasolina.
La especie humana logró evolucionar a expensa de eliminar ciertas funciones metabólicas, como es la de crear nuestro propios nutrientes. Por ello esto implicó tener que obtener los nutrientes de los alimentos. Realizar una dieta variada y equilibrada es la que nos aportará el perfil completo de los nutrientes que nuestro cuerpo necesita para funcionar de forma óptima.
Hoy en día, debido al ritmo de vida que llevamos, hacemos uso de muchos productos procesados y ultraprocesados, y estos son carentes de los nutrientes esenciales. Es por ello, el aumento exponencial de las enfermedades metabólicas no transmisibles como la diabetes, dislipemias, cáncer, etc.
Además, la población actual debe saber que aunque hayan pasado miles de años desde nuestro primeros antepasados, algo que casi no ha evolucionado, es el conocido como 'gen ahorrador', el cual nos ayudó a sobrevivir en épocas de hambruna pero que hoy en día nos está matando. Este gen nos lleva a un consumo excesivo de alimentos y a una falta del control de la saciedad. Esto asociado a la disponibilidad de ir a la nevera o la despensa a por alimentos de forma inmediata, es una bomba de relojería para nuestro organismo. Este consumo inconsciente nos hace entrar en un sistema que solo nos lleva hacia la enfermedad.
Nuestro cuerpo es una máquina perfecta que está diseñada para vivir, pero somos nosotros los que la boicoteamos a diario. Todos queremos ser longevos, pero ¿en qué estado de salud? Imagino que la respuesta es que nos gustaría llegar a la vejez con la mayor calidad de vida posible.
Pues la llave mágica es la alimentación, pero no de cualquier tipo. Necesitamos una alimentación consciente, a la que se dedique el tiempo y el cuidado necesario para que los alimentos nos nutran.
Cuando nos desconectamos de la alimentación, nos desconectamos de nuestro propio cuerpo a todas la escalas, desde la disfunción de diferentes órganos (aparición de patologías) hasta la falta de función cognitiva (enfermedades mentales).
Debemos volver a tomar el control de nuestra alimentación, no debemos dejarnos influir por la cantidad de publicidad engañosa que hoy en día nos bombardea. Solo cuando logremos integrar este concepto y nos alimentemos con comida real y fresca (verduras, frutas, legumbres, carnes, pescado, huevo), 'sin etiquetas', obtendremos la mejor versión de nuestro cuerpo y nuestra mente.
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