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Reino (des)Unido

Del director ·

Es una pena que Shakespeare no esté entre nosotros

Francisco Suárez Álamo

Las Palmas de Gran Canaria

Jueves, 7 de julio 2022, 23:47

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Boris Johnson se va y la reina Isabel II ya se prepara para ampliar el álbum de primeros ministros con los que ha despachado desde que asumió la corona.

Lo de Johnson ha sido una dimisión más que forzada. Lo intentaron en su partido con una censura que no salió adelante pero que ya evidenció la quiebra interna y, acto seguido, comenzó una cadena de dimisiones que ha terminado con Johnson tirando la toalla solo unas pocas horas después de que dijese, ante una embajada de su partido, que resistiría.

Es una pena que Shakespeare no esté entre nosotros. De su pluma habrían salido al menos un par de dramas en torno a lo que está viviendo el Reino Unido, en un particular proceso de desintegración cuyo origen cuesta situar. Algunos hablarán del referéndum por la independencia de Escocia, otros del 'brexit' y habrá quienes intenten circunscribir lo ocurrido a la singular personalidad de Johnson. Pero no conviene olvidar que tampoco el Partido Laborista está como para presumir demasiado, pues su capacidad para triturar a líderes ha sido envidiable.

Todo esto ocurre, además, con un escenario económico la mar de preocupante. Las tensiones inflacionistas también golpean la economía británica, que sufre más que otras en Europa los vaivenes que hay al otro lado del Atlántico. El Reino Unido es aliado preferente de Estados Unidos y si allí están preocupados por la inflación y con la Reserva Federal subiendo los tipos de manera acelerada, en Londres los efectos son inmediatos. Además, el Reino Unido ya no puede aferrarse a Europa para articular soluciones en común, pues optó por salir del club comunitario, de manera que ahora, más que nunca, es una isla política y económica. Con gran potencial, por supuesto, que cuando hay crisis y no hay soluciones efectivas, los más altos y más fuertes caen con mayor estruendo.

A día de hoy, el panorama de esta Europa, en la que les guste o no sigue estando el Reino Unido, es bastante desolador: en Alemania, con un Gobierno de coalición que está intentando que se olvide la huella de Merkel y que tiene que lidiar con el conflicto de la guerra en Ucrania; en Francia, con Macron debilitado tras perder la mayoría en las legislativas; los británicos, descabezados y asumiendo ahora que lo del 'brexit' tiene para ellos un coste mucho mayor de lo que pensaban; los nacionalismos extremos del Este cobrando protagonismo como dique de contención ante Rusia; los nórdicos aferrándose a la OTAN... y de España, pues casi mejor ni hablar...

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