El título de quita y pon

En categoría cadete masculina, con 14 equipos participantes, se decidió que al término de la primera vuelta los cuatro primeros disputasen un play-off para dilucidar quién se enfrentaría al campeón de Tenerife por el cetro de Canarias, ya que la Liga iba a terminar después de las fechas establecidas para ese duelo. Algo insólito. ¿Ustedes se imaginan que un club dispute la final de Canarias y finalmente no sea el campeón de la Liga? Algo que se podría dar. Pero ahí no queda la cosa, ya que aún se puede hacer peor.

A día de hoy, la Liga Cadete aún no ha acabado, y en estas fechas está enlazada con la Copa en un desbarajuste que a jugadores y clubes, en plenas fechas de exámenes finales, los tiene desencajados.

Pero volvemos al lío. El Agüimes, ganador de ese play-off en la primera vuelta y aún sin finalizar la Liga, se midió recientemente con el Tenerife Iberia Toscal por el título regional. Los tinerfeños se hicieron con el campeonato por el valor de los goles dobles fuera de casa, algo ya arcaico y que aún el fútbol sala canario no ha cambiado. Ese día, el presidente del Comité de Fútbol Sala de la FIFLP le entregó al capitán del Agüimes, tal y como consta en la publicación realizada por la propia federación, «el trofeo de campeón de Liga Cadete Fútbol Sala Gran Canaria». En ese instante, ni la Federación ni el propio club se apercibieron de un hecho curioso.

En ese descalabro de plan de competión, con cambios y más cambios con la intención de alargar el chicle sin ningún criterio, se habían olvidado de que a la conclusión de la Liga Cadete habría otro play-off para decidir el campeón. Jajaja. Es decir, la FIFLP entregó un trofeo a un club que aún no es el ganador.

Como en este país todo se justifica, desde la FIFLP dicen que fue un error y que esa Copa es por ganar el play-off de la primera vuelta. Jajajajaja.

El fútbol sala está abandonado. No hay un sistema de competición atractivo. A partir de cadetes el fútbol sala entra en una fase moribunda. Pero la vida sigue igual, hasta con nuevo presidente. Mientras, la 'élite' masculina sigue empantanada en una Segunda B sin alicientes y en un deporte al que le faltan ideas nuevas y una reestructuración total.