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Ocupados por un beso

Mi punto de vista ·

«El disparate de Rubiales impide ver la cruda realidad de un país inmerso en mil problemas»

Martes, 12 de septiembre 2023

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Un repunte migratorio en Canarias mayúsculo, la cesta de la compra por las nubes, un país que sigue con un Gobierno en funciones, una amnistía que revolotea como si fuese peccata minuta, unas hipotecas que asfixian al pueblo, los carburantes en alza, España es uno de los países de la OCDE con mayor proporción de adultos jóvenes con bajo logro educativo, ya que casi el 28% de los españoles de entre 25 y 34 años no han llegado a titularse en Bachillerato o en Formación Profesional de Grado Medio, y así una larga lista de despropósitos sin resolver, pero lo que nos ha ocupado este verano es el disparate de Rubiales con su beso.

Pero ustedes creen que este ha sido el único descalabro de Rubiales a lo largo y ancho de su mandato, por qué nadie antes había alzado la voz para que saliese de la Real Federación Española de Fútbol antes, quién lo mantuvo. A lo mejor, esos mismos que lo apoyaron, ahora han encontrado en el beso una acción para darle una patada. Pero creen que el fútbol y sus problemas se solucionan con la marcha de Rubiales. Solo les invito a que vean la imagen de la última reunión de los presidentes de las Federaciones Territoriales, en la que eligieron a Pedro Rocha como sustituto eventual del ya expresidente. La imagen es casposa. No hay ni una sola mujer al frente de las territoriales, un claro ejemplo del fútbol patrio.

Lo que sí ha logrado el beso es ocultar la cruda realidad diaria de nuestro país. Llegan semanas intensas, con decisiones trascendentales. Quizás los políticos van a lo suyo, mientras el ciudadano de a pie lucha a diario por intentar solventar los mil y un problemas que le surgen para salir adelante. Rubiales ha tenido su momento, pero abrir informativos y cerrar informativos a diario con la obra y milagro del presidente de una federación no es de recibo, porque hay infinidad de cuestiones de una relevancia mayúscula para la mayoría de españoles que merecen una respuesta, unas medidas y unas soluciones, que no llegan.

Ahora hay que hablar con propiedad, tener cuidado con los comentarios que se realizan y con las acciones jocosas que se puedan efectuar, mientras que razones de peso que tienen que ver con el bienestar de la ciudadanía pasan totalmente de soslayo como si nadie quisiese levantar la voz, inmersos en la sumisión de lo que suceda y solo pensando en uno mismo. Así nos va.

Tras la vuelta del verano no podía dejar pasar el beso, pero no se preocupen que pronto recuperaremos el pulso habitual de estas líneas con novedades suculentas.

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