¿Quién maneja mi barca?
Mi punto de vista ·
«El hastío hacia la política sube como la espuma y el ejemplo de la capital grancanaria es notorio»Érase una vez un municipio donde la basura rebosaba por sus calles sin que se pusiese solución hasta que a año y medio de las ... elecciones se dan cuenta de que la situación es insostenible y buscan la fórmula con un contrato de urgencia; había una vez un lugar de este mundo en el que se celebra un pleno extraordinario solicitado por el principal partido de la oposición para solicitar la reprobación de su alcaldesa y debatir los nuevos contratos de emergencia para el servicio de limpieza licitados por el consistorio y la cabeza visible de ese partido no acude porque está en Madrid; érase una vez un gobierno municipal mantenido como principal pilar por una superconcejala que acaba dimitiendo tras ser imputada por presunta malversación y fraude.
En el relato de este cuento imagínense un gobierno municipal sustentado por un tripartito en el que uno de los dos concejales de uno de los partidos que mantienen el pacto se sale de esta formación para integrarse en otra pero, por supuesto, no deja su acta y continúa con sus labores del gobierno; mientras que la única edil del partido político restante las ve venir sin alzar mucho la voz; mientras ahora se entra en una etapa de presentaciones múltiples de luces y adornos, con situaciones rimbombantes, para luego dar paso a los disfraces y las caretas.
Este cuento de hadas o de pesadilla es el reflejo de lo que sucede en Las Palmas de Gran Canaria. Muchos se sorprenden de las nuevas tendencias de los jóvenes y de los cambios de ciclo que se vislumbran, pero es que la cruda realidad está provocando una pérdida de confianza terrible. Y esto es lo que vemos al lado de casa, porque si levantamos la mirada hacia Madrid con un fiscal general del Estado condenado por un delito de revelación de secretos es para mandar todo a...
Pero tranquilos. Aquí no pasa nada. Todos van con la cabeza bien alta y mirando hacia sus propios intereses. Todos, digo todos. El interés político principal es el suyo y después están los ciudadanos, esos que son decisivos a la hora de pasar por las urnas y depositar el voto.
«Ay, ¿quién maneja mi barca, quién? Que a la deriva me lleva, ¿quién?». Esa canción de Remedios Amaya que representó a España en Eurovisión, en 1983, como ejemplo de nuevos géneros musicales finalizó última y obtuvo cero puntos. Ahora quienes manejan las barcas -poltronas- en las instituciones públicas piensan en un futuro que se presenta para todos más incierto que nunca. Los cambios están a la orden del día.
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