La fiesta de la política
Mi punto de vista ·
«Los tránsfugas se van de su partido y cambian de siglas, pero ninguno abandona la poltrona»Estamos en época veraniega y en ella proliferan los festivales musicales. Pero en política, el espectáculo que nos ofrecen supera cualquier concierto o show que ... usted pueda imaginar. El hastío que existe en la calle hacia la política y nuestros políticos es generalizado. Los Koldo, Cerdán, Ábalos o Montoro provocan un malestar nauseabundo insoportable que amplían la larga e infinita lista ligada a la corrupción. Pero ahora hay otra novedad que ya se está pasando de castaño oscuro.
La fijación del político, por encima de todo, es mantener su poltrona y el cargo, y ejemplos hay miles. Los problemas de los ciudadanos están al margen. Cada vez que llega la oportunidad de pasar por las urnas, uno hace su elección teniendo en cuenta su ideología y elige a su candidato o candidata junto a unas siglas de partido. Pero esto se está rompiendo cada vez con más frecuencia, con los concejales tránsfugas que empiezan a salir debajo de las piedras. Pero lo peor de todo, y es lo que indigna a la ciudadanía, es que ninguno renuncia a su acta, sino que se mantienen como concejales no adscritos en el grupo mixto hasta que anuncien su cambio de siglas. Estos tránsfugas tenían antes más limitaciones, pero ahora con la reciente sentencia del Tribunal Constitucional pueden apoyar mociones de censura votando a favor de ellas y por lo tanto ir en contra del partido político al que se presentaron en las urnas. Es decir, un chiste de mal gusto que en la calle no está bien visto. Si un concejal o concejala no está de acuerdo con su partido o existen diferencias con el equipo en el que está incluido, renuncia a su acta y se va a casita.
Pero nadie lo hace. ¿Por qué será? Todos argumentan excusas para salir airosos. La política y, sobre todo, los políticos merecen una reflexión profunda. El transfuguismo no tiene cabida. Si ustedes se dan cuenta, cuando a algún partido le influye un concejal no adscrito lo detesta, pero cuando le favorece se calla.
Esto es un auténtico festival, un disparate que la gente no entiende. Este cansancio tendrá repercusiones. Ahora hay varios ayuntamientos en el punto de mira, pendientes de un hilo sobre su incierto futuro, pero las presiones son máximas porque no piensan en el pueblo sino en mantener sus cargos en otras instituciones, ya que el voto de un concejal podría influir en el devenir de unos cuantos, y en política el 'machito' es lo que importa.
Sigan así. Mirando hacia otro lado. Lanzando mensajes sin argumentos. La gente está harta. Y esto se reflejará en el próximo paso por las urnas. Tiempo al tiempo.
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