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Manuel Castells, ministro de Universidades del nuevo Gobierno de España, uno de los estudiosos más reputados y reconocidos de la comunicación, afirmó que la política no solo es imagen e información, pero se decide a través de imagen e información. Parece claro que el Ejecutivo que preside Pedro Sánchez tiene clara la recomendación y sus primeros pasos están claramente determinados por un intento de controlar los tiempos informativos. Ahí están como ejemplos el goteo con el que se fue anunciando el nombramiento de los distintos ministros, hasta completar el gabinete, o la decisión de pasar a los martes el Consejo de Ministros, con la clara intención de marcar la agenda informativa de la semana, porque hasta ahora los acuerdos adoptados en las reuniones de los viernes quedaban eclipsados por el fin de semana, lo que ha soliviantado a la oposición, ávida de encontrar la más mínima excusa para generar ruido.
Pero tampoco debe olvidar este gobierno que la información no es propaganda e igualmente tener presente lo dicho por el ilustre profesor José Antonio Marina: «La calidad de la democracia depende de la información, la rectitud y el vigor crítico de sus ciudadanos», porque, echando mano de las palabras de Beumarchais, «sin libertad de criticar, no hay elogio halagador»; y a decir verdad, ha habido algunos comportamientos de este primer gabinete de coalición de la democracia española postfranquista que no invitan al optimismo, ahí queda la misma presentación del acuerdo de gobierno entre el PSOE y Podemos en un acto en el que no solo no se permitieron preguntas sino que tampoco se consintió la presencia de los periodistas. ¿Será que siguen siendo incapaces de entender la política como algo distinto a una permanente campaña electoral?
Es evidente que los políticos siempre intentan esconder algo, que su horizonte temporal acostumbra a ser bien corto y no va más allá de la próxima cita con las urnas, pero la estabilidad y el crédito solo se logra cuando se tiene buena opinión de ellos y esto se consigue con transparencia. Razón tenía Vicenç Navarro, otro ilustre catedrático de Ciencias Políticas y Sociales, en clara sintonía con el actual equipo de gobierno, cuando decía: «Un Estado auténticamente democrático tiene que permitir, sin miedos e inhibiciones, el debate, el análisis, la crítica e, incluso, la denuncia de aquellos intereses y poderes fácticos que reducen el enorme potencial que tienen nuestros pueblos de España».
Pues eso, que la información no es propaganda, que llega sin pedir permiso, nunca puede ser un problema, aunque los cree, y los periodistas, siendo incorregibles, son algo mas que gente que llena huecos en los periódicos. Cuestión de higiene democrática.
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