Recuperar el respeto al personal educativo
El personal de los centros merece tener garantizado ese respeto. Por eso estamos trabajando desde la Consejería en una Ley de Reconocimiento de la Autoridad docente
Poli Suárez
Consejero de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias
Viernes, 16 de mayo 2025, 22:31
Todavía persiste la emoción vivida hace unos días en el Auditorio de Teror, en Gran Canaria, con la entrega de los premios Viera y Clavijo ... 2024. Una cita especialmente importante para la Consejería de Educación, Formación Profesional, Actividad Física y Deportes del Gobierno de Canarias y para toda la comunidad educativa, la gran familia que formamos la educación en nuestro archipiélago, pues se trata del reconocimiento más destacado y prestigioso que otorgamos en nuestra comunidad en el ámbito educativo. Una forma sencilla, pero muy cariñosa y sentida, de resaltar y agradecer la encomiable labor y la vocación admirable que hay detrás de los equipos directivos, docentes y personal socioeducativo, que trabajan de manera incansable, durante décadas y décadas, para hacer posible y hacer que nos sintamos inmensamente orgullosos del sistema educativo del que gozamos en nuestras islas.
Un sistema con muchas carencias, con margen de mejora y que requiere de muchos más recursos, sin la menor duda. Pero que, sin embargo, es un sistema sobradamente dotado de compromiso, de entrega, de talento, de sensibilidad, de empatía, de amabilidad, de humanidad; de infinidad de valores que todo ese engranaje de personas pone cada día a disposición de la educación de nuestros niños y jóvenes. Y gracias a ello, gracias a ellos y ellas, se suple muchas veces esas carencias que arrastra el sistema desde hace demasiado tiempo. Personas que se entregan, en cuerpo y alma, cada uno desde su ámbito, con sus funciones, para que nuestros niños y jóvenes tengan la mejor atención posible en los centros educativos, tengan la mejor formación. Y, en definitiva, que puedan disfrutar de la mejor forma posible de ese apasionante camino que es el aprendizaje y cuanto conlleva.
¿Quién no recuerda a sus maestros? A quien nos enseñó a leer, a escribir…
Y hablando de caminos, quiero hacer confluir dos sendas muy presentes en ese acto de entrega de premios, en la que también rendimos homenaje al poeta y narrador Alonso Quesada, a quien desde el Gobierno de Canarias dedicamos este año el Día de las Letras Canarias, coincidiendo con el centenario de su muerte. Quesada también dedicó un poema a uno de sus maestros, incluido en su libro 'Los caminos dispersos': «Viejo maestro, el de la voz de plata, / tu figura la veo iluminada / por la luz de mi recuerdo vivo. / Cierto que fueron para mí tus manos / mucho más buenas que la ciencia exacta. […] Esas manos guiaron el camino / de una bondad superior al prestigio», relata el autor grancanario.
¿Quién no recuerda a sus maestros? A quien nos enseñó a leer, a escribir… Ustedes forman parte para siempre de la memoria, como un miembro más de la familia de todos esos estudiantes cuyos caminos vitales ustedes ayudan a trazar desde las aulas. Sembrándoles de sabiduría, de enseñanzas. Compartiendo con ellos el acceso al conocimiento. Son ustedes inolvidables, son eternos en nuestros recuerdos y en nuestros corazones. Tienen ese poder especial que,
sinceramente, creo que pocas profesiones ostentan. Ustedes son ejemplo, son referentes, son inspiración. Por eso tantos autores, como el propio Alonso Quesada y muchos otros a lo largo de la historia, les dedican palabras tan bonitas. Porque ustedes estuvieron ahí, en ese momento trascendental como es la etapa escolar, ayudándonos a forjar nuestro futuro. Y siguen en nosotros cada día.
Personalmente, me da mucha emoción cuando visito algún centro y me encuentro con algunos de los que fueron mis maestros, todavía en activo, o cuando me encuentro por las calles de mi pueblo, de Moya, a muchos otros ya jubilados. Es encontrarme con un familiar, con una figura que me despierta una estima infinita, admiración. Y, sobre todo, que me despierta respeto por lo que significaron para mí. Un respeto que, lamentablemente, en la actualidad se ha perdido de manera incomprensible e inadmisible. Porque alguien que se desvive por su labor, que entrega lo mejor de sí, que se preocupa por nuestros chicos, que en sus manos tiene la importante misión de ayudarles a labrarse un futuro, esa persona merece, ante todo, respeto. Y merece tener el respaldo de la Administración para la que trabaja, sin fisuras.
Son ustedes inolvidables, son eternos en nuestros recuerdos y en nuestros corazones
El personal de los centros merece tener garantizado ese respeto. Por eso estamos trabajando desde la Consejería en una Ley de Reconocimiento de la Autoridad docente. Es más necesario que nunca reconocer, prestigiar y reforzar la figura del profesorado y del personal socioeducativo.
Porque no se puede tolerar algunas situaciones desagradables e inapropiadas que se están dando en algunos centros. Y los profesionales de la educación no pueden verse desamparados ni desatendidos.
Los reconocimientos como estos premios Viera y Clavijo son muy importantes, claro que sí, por lo que significan. Pero el reconocimiento a los docentes no puede quedar en un aplauso y una medalla un día concreto al año. Deben sentirse valorados, respetados y apoyados cada día en sus puestos de trabajo, para que puedan mantener intacta y seguir alimentando esa vocación que hoy nos despierta admiración. En esa medida espero contar con el apoyo de todas las fuerzas políticas parlamentarias, porque ya está bien también de politizar la educación. Hay cuestiones que requieren unanimidad y estoy convencido de que esta es una de ellas. Cuando tratamos de algo tan importante como la educación, las siglas políticas deben quedar fuera de la Consejería.
Deben quedar en un segundo plano. Porque la educación, más que cualquier otro ámbito, requiere amplitud de miras. Requiere una visión a largo plazo, a futuro. Porque precisamente lo que tenemos en nuestras manos quienes debemos gestionar en un momento u otro esta
Consejería, es el futuro de nuestra tierra, de nuestros jóvenes. Por eso no me canso de apelar a que todos arrimemos el hombro y prioricemos de verdad mejorar el sistema educativo, sin críticas por intereses políticos, con simple afán destructivo o electoralista.
Quien demostró esa amplitud de miras, ese talante y esa forma de entender la política, permítanme que me refiera expresamente a él por la amistad que nos unía, por el cariño que nos profesábamos y porque hoy tengo la fortuna de estar recorriendo el camino que él también en su día recorrió, fue José Miguel Pérez, uno de los docentes distinguidos. Mi querido amigo José Miguel Pérez, quien fuera consejero de Educación y un referente para quien escribe. Ese es el camino que tantos y tantos docentes nos han legado. Estemos también nosotros a la altura de lo que ellos, de lo que la educación de nuestras islas merece.
Quiero reiterar mi enhorabuena a todos los premiados y premiadas, a título personal o como centro educativo. Muchas felicidades por esta distinción tan merecida y por haberme permitido disfrutar junto a ustedes de la gran fiesta de la Educac
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