El orgullo de ser canario
Un martes cualquiera ·
Ojalá podamos presumir cada vez más de ser un pueblo solidario y acogedor, conocedor de nuestro pasado emigrante, y ofrecer calor no solo al turista que llega con la cartera llena, sino también al africano al que no le ha quedado más remedio que dejarlo todo para poder vivirMaría Isabel Nazco, Rosario Álvarez y Dolores Corbella. Fueron tres mujeres las que recibieron los tres Premios Canarias este 30 de mayo. Investigadoras y profesoras galardonadas no de manera forzada ni con calzador por otorgar a la gala de un maquillaje igualitario. Fue un tributo sincero para reconocer que con su labor hacen de nuestras islas un lugar un poco mejor. Y cuando esa puesta en valor llega de forma natural, sin que la distinción obedezca a género ni profesión, del mismo modo que cada año celebramos sin tapujos la gala drag en otra expresión de la profunda integración de todos los gustos que existe en el archipiélago, es cuando nos podemos sentir orgullosos de ser canarios.
Porque es nuestro actitud, la de nuestra sociedad, la que vale para sacar pecho. Y no nuestro clima, playas y espectaculares parajes naturales que nos cayeron de pura chiripa sin haber hecho nada por merecerlo. No como quienes se arrojaron al mar buscando esperanza y oportunidades y hoy pueden disfrutar en nuestra tierra, aunque solo sea de una pequeña parte, de estos privilegios. Ellos sí se lo han ganado, arriesgando su vida para tener lo que nosotros creemos que nos pertenece solo por nacimiento.
Ojalá cada vez más podamos presumir, además de nuestro carácter abierto, amable y socarrón, de ser un pueblo solidario y acogedor, conocedor de su propia historia, de nuestro pasado emigrante, y ofrecer calor no solo al turista que llega con la cartera llena, sino también al africano al que no le ha quedado más remedio que dejarlo todo atrás para poder vivir. Ese debería ser nuestro orgullo. Las Canteras y el Teide, solo un privilegio.