El olor de las magdalenas

Volver nunca es fácil. Cuando te vas lejos se rompen vínculos imposibles de recomponer, nudos que nunca se vuelven a atar, afectos que cambiaron mientras crecías. El transcurrir de los años en la distancia lo transfigura todo por mucho que la añoranza nos empuje con Proust 'En busca del tiempo perdido'. El olor de las magdalenas sirve para recordarnos lo que fuimos, pero nunca nos devolverá a la infancia. Tampoco en política se puede dar para atrás al reloj como parece que quiere CC: una cosa es aprender de los errores y otra pretender que nunca existieron.

Los movimientos de los nacionalistas para recuperar poder en el archipiélago entran dentro de la lógica. Los partidos políticos deben aspirar a gobernar, a llevar a cabo sus proyectos, algo imposible en la oposición por mucho que nos empeñemos en quedar bien con aquello de que «en democracia todos tienen un papel». Es natural que CC intente volver a tener el mando donde ganó las elecciones y perdió el timón por pactos poselectorales. Lo que está por ver es si esa estrategia dará frutos o no en las próximas citas con las urnas.

En Santa Cruz de Tenerife, José Manuel Bermúdez recuperó el cetro de la Alcaldía con un pacto natural con el PP y una concejal de Ciudadanos, una alianza de centro-derecha habitual frente al enemigo histórico en tierras tinerfeñas: el PSOE. Sin embargo, en el Cabildo de Fuerteventura el experimento para tumbar al socialista Blas Acosta recuerda más al 'quiero y no puedo' de los que vuelven a su tierra con el olfato de niño. ¿Valdrá la pena esa búsqueda de sensaciones infantiles?

Por el momento, al menos a parte de la vieja guardia de Asamblea Majorera no le hace gracia que la vuelta al poder pase por renunciar a la Presidencia de la corporación insular siendo la lista más votada y, menos aún, con darle el dulce en bandeja a Sergio Llobet pese a su estela de zancadillas a Mario Cabrera. Una cosa es volver y otra hacerlo de cualquier manera.

En cuanto los deseos de los nacionalistas de repetir la jugada en Lanzarote y La Palma, también el tiempo dirá si las filtraciones de negociaciones con los socialistas para cogobernar en los cabildos y ayuntamientos de esas islas tienen más de ensoñación que de realidad. Por el momento, los castillos de levadura que tanto les gusta poner en el horno a algunos dirigentes de CC parecen no atraer demasiado el interés de Ángel Víctor Torres. Habrá que seguir la pista a lo que de verdad se cuece en el horno. Afine el olfato.