Nuevos tiempos, ¿viejos vicios?
«Este Gobierno debe de dar ejemplo y huir de lo que era habitual y nunca más se puede volver a permitir»
Ha llegado el momento para que el Pacto de las Flores se convierta en una realidad, ese instante en el que Coalición Canaria tendrá que dejar su posición de poder absoluto en nuestro archipiélago para que llegue la unión de fuerzas formada por el Partido Socialista Canario, Nueva Canarias, Podemos y la Agrupación Socialista Gomera. Han tenido que pasar 26 años para que el Gobierno de esta comunidad autónoma tenga otro dueño que no sea CC y por eso, el reto para los nuevos inquilinos es enorme ya que estarán siendo mirados con lupa.
Los primeros en auditar al milímetro cada paso que vaya a dar Ángel Víctor Torres y su Ejecutivo serán los propios miembros de CC, que a buen seguro van a llevar a cabo una oposición feroz aunque ayer tendieron la mano ofreciéndose para apoyar a los socialistas y que estos eviten ser rehenes de sus socios y, por ende, posibles traiciones futuras. Un canto a la concordia a destiempo que suena más a reacción de novio despechado que intenta recobrar la relación perdida que otra cosa. Los nacionalistas no solo tendrán que vigilar los movimientos de los que les quitaron de las poltronas, sino también deben de estar bastante preocupados en que los nuevos moradores no empiecen a levantar alfombras llenas de polvo, a abrir cajones de las consejerías y husmear en vicios adquiridos durante 26 años. Por otro lado, temo que el resto de los grupos de la oposición, encabezados por el Partido Popular, intentarán recuperar terreno perdido y votantes descontentos a costa de torpedear al nuevo Gobierno.
Con este escenario, se abre un nuevo panorama político en las Islas Canarias que invita, cuanto menos, al optimismo por el hecho simple de tener algo nuevo y fresco, aunque haya muchos que sigan dando por válido aquello de «más vale conocido...». Y este renovado Gobierno de Canarias debe de dar ejemplo y huir de lo que era habitual y nunca más se puede volver a permitir. Que no se siga engordando la Administración con cientos de cargos de confianza enchufados por el simple hecho de estar en uno de los partidos del Pacto de las Flores, que los que ocupen puestos de mando lo hagan por su valía y currículum y que, por supuesto, esta renovación no afecte a aquellos que han estado años trabajando y demostrando a diario que son capaces para seguir en sus cargos aunque su procedencia esté relacionada con los partidos de la oposición. La selección debe de ser justa con aquellos que valen y también con los que solo se han dedicado a ir de despacho en despacho con un generoso sueldo a costa de las arcas públicas. Nuevos tiempos alejados de viejos vicios, tampoco es mucho pedir.