La Ecoisla y el eco de una isla (1)
Miguel Ángel Rodríguez Sosa
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 27 de abril 2024, 22:51
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Miguel Ángel Rodríguez Sosa
Las Palmas de Gran Canaria
Sábado, 27 de abril 2024, 22:51
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En el año 2015 Antonio Morales llegó al Cabildo con su proyecto llamado Ecoisla. Con él ilusionó a unas 100.000 personas y le permitió presidir el gobierno insular hasta el 2019. En las elecciones de ese año perdió 10.000 votos pero volvió a presidir de nuevo el Cabildo. Y como no hay dos sin tres, en el 2023 volvió a conseguir el apoyo de 90.000 personas para repetir presidencia. Estamos hablando por tanto de 9 años de gestión ininterrumpida que al final de este mandato serán 12. Lo nunca visto en el Cabildo de Gran Canaria. Felicitaciones por ello.
Después de tantos años al frente de la institución insular y al calor de las manifestaciones del pasado 20 de abril, donde los colectivos convocantes y los asistentes coincidimos en que hay muchas cuestiones que mejorar, en las islas en general y en Gran Canaria en particular, el presidente Antonio Morales se ha manifestado públicamente defendiendo su gestión y afirmando que su proyecto de ecoisla ha dado solución o está en camino de solucionar todos estos problemas sentidos por la ciudadanía. Respeto dicha opinión, aunque no la comparto totalmente y he comprobado que hay muchos profesionales convencidos de que hay bastantes cuestiones importantes que mejorar. Partiendo de la base de que todo en esta vida es mejorable, la gestión del Cabildo no iba a ser menos, hay que reconocer que han hecho mucho y algunas cosas muy interesantes y transformadoras en estos 9 años en materia de energía y aguas principalmente, que el presidente le pone pasión y una dedicación infatigable pero que bien por falta de medios, falta de equipo, limitaciones varias, o tal vez porque necesita un mejor asesoramiento, etc., hay cuestiones que se han quedado a medias o no se están atendiendo convenientemente. Llego a esta conclusión una vez analizados los datos que tengo, la experiencia y conocimientos adquiridos durante los dos años y cinco meses que estuve participando en su gobierno como Consejero de Medio Ambiente y Emergencias, el seguimiento de la información publicada durante estos años, mi desempeño profesional después de más de 30 años trabajando para las administraciones públicas, las conversaciones y datos compartidos con otros técnicos del propio Cabildo, del Gobierno de Canarias y los ayuntamientos de la isla con los que me relaciono asiduamente, con miembros de asociaciones y colectivos tanto sociales como ecologistas, y sobre todo, con muchas personas de diversos ámbitos y partidos políticos diferentes de las que aprendo mucho. A todas ellas quiero darle las gracias por haberme ayudado a escribir estos artículos con sus aportaciones, informaciones valiosas y, sobre todo, con sus propuestas de mejora.
Por poner solo algunos ejemplos, en relación con el cuidado de los espacios naturales protegidos, en diciembre de 2022 se aprobó por fin, después de 13 años de trabajo, el Plan Insular de Ordenación y con bastante retraso todavía están pendientes de aprobar los imprescindibles, urgentes y necesarios PORN (Planes de Ordenación de los Recursos Naturales). ¿Para cuando se estima que se aprueben? Sin estos planes no es posible gestionar, informar, educar, prevenir y sobre todo sancionar las infracciones contra los recursos naturales en debida forma. Pero de qué sirve tener un plan si no cuentas con los recursos humanos y financieros necesarios para llevar a la realidad sus determinaciones. Un plan sin recursos es pura ficción. Y en Gran Canaria desgraciadamente no tenemos los recursos necesarios para proteger nuestro patrimonio natural. Para una isla como Gran Canaria, que cuenta con 33 espacios naturales protegidos de la Red Canaria de Espacios Naturales Protegidos, además de los espacios de la Red Natura 2000, equivalente a un 42% del territorio insular, no tenemos los Agentes de Medio Ambiente necesarios. Haciendo una comparativa con la isla de Tenerife, habría que duplicar el número de agentes medioambientales. En la actualidad, no llegamos a los 30 agentes, contando con los 6 procedentes de un plan de ejecución temporal que acaba en breve. Con los que tenemos no se cubren todas las horas del día, ni se llega a todos los espacios, es triste que no se pueda hacer una labor preventiva y peor aún que se comenta infracciones ambientales y no se las pueda detectar y sancionar en debida forma por falta de recursos. No se tiene todavía cubierta la jefatura del servicio técnico de biodiversidad y gestión de los espacios naturales protegidos, los escasos técnicos con los que cuenta este servicio se reparten la responsabilidad de la gestión de nuestro patrimonio natural con una media de 5 espacios por cada técnico, con el añadido de una excesiva carga de trabajo burocrático que les limita muchísimo el trabajo de campo. La partida económica que se le dedica al cuidado de cada uno de estos espacios es muy insuficiente también. Bandama tiene una propuesta estupenda y pionera de gestión integral de un espacio natural guardada en un cajón desde el año 2019. Solo están hechos los estudios de capacidad de carga de la Finca de Osorio y Bandama. La masificación en algunos de los espacios ya está siendo muy preocupante, en el Roque Nublo por ejemplo, desde el año 2018 el Cabildo lleva dándole vueltas al tema pero no termina de implementar las soluciones que en ese momento se propusieron: reservar los aparcamientos actuales para las guaguas, facilitarlos para los coches en Tejeda, licitar un servicio de guaguas lanzaderas desde el pueblo cada hora… El pasado jueves el presidente recordó que se sigue trabajando en un plan de actuaciones respecto al Roque Nublo que incluirá el encargo de un estudio sobre la capacidad de carga del entorno, a partir del cual, precisó el consejero de Medio Ambiente, Raúl García Brink, se controlará y limitará el acceso al monolito. Confío en que no tarden otros 6 años más en poner en marcha estas medidas.
Si seguimos hablando del cuidado del patrimonio, en este caso el cultural, la situación es igual o peor incluso con solo dos inspectores actualmente para toda la isla y con la imposibilidad de incoar y tramitar los procedimientos administrativos sancionadores al no haberse creado el órgano sancionador en la Consejería. La falta de personal nos deja otra triste realidad y es que la mayoría de los yacimientos arqueológicos de Gran Canaria están dejados de la mano de Dios, con frecuentes casos de ocupación y vandalismo.
El Fondo Verde Forestal que se aprobó en 2017 con el compromiso de invertir 4,5 millones de euros anuales para entre otras muchas cosas duplicar la superficie boscosa en 15 años, se ha quedado en una inversión de 1,2 millones cada año. En cuanto a la prevención de incendios los técnicos evidencian la necesidad de incrementar drásticamente las partidas porque los presupuestos para la gestión selvícola no permiten un tratamiento continuado. Al actual ritmo inversor no se volvería a actuar en cada parcela de bosque susceptible de arder hasta que pasen 66 años.
Con la necesidad cada vez más urgente de educación y concienciación ambiental, para poder valorar y cuidar nuestra isla, el servicio está desmantelado. Las poquísimas acciones que se realizan se reducen a las que organiza el Jardín Canario con el escaso personal del que disponen. Solo funcionan el Aula de la Naturaleza de Osorio, con unas instalaciones que necesitan una inversión urgente, para colegios de lunes a viernes y la de La Palmita en Agaete. Cerradas para la ciudadanía las de Inagua, Chira, Laurisilva,... Muchas casas forestales sin uso se podrían convertir en albergues para los colectivos de la isla. Si un colegio de la isla quisiera que sus alumnos planten y cuiden un árbol tendrían que contratar y pagar los excelentes servicios de la fundación Foresta o alguna similar a no ser que esta actividad está subvencionada por una empresa o entidad financiera. Aquí tiene el Cabildo un proyecto novedoso y necesario que puede financiar directamente. El apoyo a las iniciativas de voluntariado ambiental también es mejorable. Un proyecto de Ecoisla que no incluya la educación y el voluntariado ambiental no puede denominarse así. La figura de la Custodia del Territorio que podría ayudar muchísimo a la conservación de la naturaleza, también está abandonada.
El pinzón azul de Gran Canaria, ave endémica en peligro de extinción, no tiene un plan de recuperación desde hace 6 años. En noviembre de 2022 se aprobó una Declaración Institucional en el Cabildo de Gran Canaria con unos compromisos concretos. Desde la Asociación SOS Pinzón Azul pedimos información sobre ello el pasado mes de enero y todavía estamos a la espera de que nos contesten, por lo que nos tememos que no han hecho nada de lo acordado.
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