El miedo a AstraZeneca
A cara descubierta ·
La vacilación e inseguridad de las autoridades y la falta de ejemplaridad de los políticos alimenta el temor a esta vacuna. El presidente de la Asociación de Vacunología planteó que los políticos se inocularan con ella para dar confianza. Salvo el primer ministro francés nadie lo ha hecho. Eso dice mucho y justifica el rechazo a no vacunarse con ella.
La vacuna de AstraZeneca empezó con mal pie, a raíz de los retrasos en las entregas pactadas por la Comisión Europea y las sospechas de desvíos a terceros países, y continúa envuelta en la polémica, ahora a cuenta de sus efectos adversos y la aparición de casos de trombosis en personas inoculadas con ella. La Agencia Europea del Medicamento (EMA) ha confirmado el vínculo y es cierto que, aunque la cifra es baja: de 34 millones de vacunados con AstraZeneca se han dado 220 casos, el riesgo existe y le puede tocar a cualquiera. Claro que los beneficios de vacunarse con AstraZeneca son mayores que los riesgos de enfrentarse a la covid pero el hecho de que se pueda producir una sola muerte obliga a tomar decisiones. Sobre todo, si tenemos en cuenta que hay otras vacunas en el mercado y en principio, sin efectos secundarios graves.
El temor y la incertidumbre que genera el poder ser el 1 entre 100.000 al que se le desarrollan los trombos tras ser vacunado con AstraZeneca se incrementa por la vacilación y la inseguridad que muestran las autoridades europeas, españolas y regionales a la hora fijar un criterio unificado. Ahora sí, ahora no y así vamos. A esto se suma la escasa ejemplaridad. El presidente de la Asociación Española de Vacunología, Amós García, abogaba hace unos días en Twitter por que los representantes políticos se vacunaran con AstraZeneca para dar ejemplo y generar confianza. La idea dada por este experto, con mucha coherencia y sentido común, me pareció genial. Sin embargo, nadie, salvó el primer ministro francés ha dado el paso. Eso dice mucho de las dudas que hay y justifica que haya personas que rechacen ser vacunadas con AstraZeneca. El miedo es libre.
