Mano dura contra la ignorancia
Discutía ayer con un amigo sobre la conveniencia o no de ir a trabajar hoy lunes. Él me argumentaba que era autónomo, que si no iba a su empresa no ingresaba un euro y que necesitaba hacerlo porque tiene una familia que mantener, aún a sabiendas de que corría el riesgo de ser multado. Y sin que todas sus reflexiones dejen de ser ciertas, también lo es que si va a trabajar, si sale a la calle desoyendo las prohibiciones dictadas por el Gobierno de España, aparte de saltárselas, se pondrá en peligro multiplicando su riesgo de contagio y, por consiguiente, también el de su mujer y sus hijos. Hay que entender todas las situaciones, pero por encima de todo debe de primar el sentido común, el respeto a las normas impuestas y, sobre todo, la responsabilidad de no contagiar ni caer contagiado.
Con este panorama, ayer amanecía la capital con menos gente de lo normal en la calle, pero también era domingo y siempre sus mañanas son mucho más tranquilas. Apenas se notaba a primera hora que todos estábamos en situación de alerta porque se veía a mucha gente paseando –con y sin perro–, otros con patinete y bicicleta y, sobre todo, mucho extranjero haciéndose el despistado y disfrutando de un paseo matinal sin tropiezos.
Cada hora que pasaba aumentaba mi indignación porque la estupidez de algunos estaba poniendo en riesgo a miles de personas ya que despreciar las medidas y hacer lo que a uno le venga en gana, lo único que puede provocar es la multiplicación de contagios y, por consiguiente, el colapso de nuestro sistema sanitario. Y se agrava más aún el asunto cuando aquellos a los que les da igual lo que está viviendo nuestro planeta, ignoran las normas en un sitio tan frágil como Canarias, alejados de todo y rodeados de un mar que nos aísla peligrosamente en caso de que esta situación se agrave.
Pues, a la vez que reconozco que puedo estar cayendo en el catastrofismo, solo quiero se coherente y ajustarme a los hechos. Aquellos que se fueron transformando a lo largo del día cuando empezaron a circular imágenes de la policía reprendiendo a los ignorantes que estaban tomando el sol en Las Canteras o el grupo de policías que multaba a un loco en la península por saltarse a la torera la prohibición de salir a la calle. «¡Esto es muy serio, están muriendo personas, no es un cachondeo!», exclamaba un agente a este desaprensivo. Es una muestra de lo que tiene que ocurrir. Hoy lunes, día laborable, mano dura ante los ignorantes, a los que ponen en peligro a los demás.