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Directo Vegueta se tiñe de blanco con la procesión de Las Mantillas

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Reconozco que el diputado socialista Gustavo Matos es de esos que, sin apenas conocerlo personalmente, me cae bien porque no es uno de aquellos políticos de chaqueta y corbata a los que hay que pedir autorización para saludarle, sino se muestra siempre cercano, accesible y abierto a escuchar. Pero como mismo digo esto, me cuesta entender la perreta que ha cogido nuestro hombre en esta última semana con las campanadas de fin de año en la Puerta de Sol de Madrid. Anda enfurecido porque quiere conocer cuánto costó este montaje que fue retransmitido en directo por las cámaras de Televisión Canaria desde la capital del reino y, me encantará conocer el alcance de dicha inversión, aunque, por contra, no puedo ocultar que me sentí feliz por ver el nombre de mi comunidad autónoma en la fachada del edificio al que millones de españoles miraron para celebrar el nuevo año una hora antes.

Es justo que se auditen los gastos públicos, por supuesto. Es más, debería ser obligatorio por ley informar del coste de una inversión antes de que se lleve a cabo o, sin ponerme tampoco muy quisquilloso, al término de la misma, y no que el Gobierno de turno se vea obligado porque uno de los miembros de la oposición exige máxima transparencia en las cuentas. Pero en este caso concreto, no solo nos ha valido el que la ciudadanía de este país sepa que aquí, allá abajo cerca de África, tenemos una hora menos; ahora lo han visto y también podido disfrutar desde la mismísima Puerta del Sol.

Habrá que esperar –y ojalá no sea por mucho tiempo–, que el equipo de Clavijo muestre las cuentas de la celebración del final de 2018 en la capital de España, aunque me atrevería a decir que tendrían que ser muy escandalosas para que no haya merecido la pena la experiencia.

Está bien que la oposición esté al loro de lo que pasa en los gobiernos y por eso no censuro la postura de Gustavo Matos, pero me saca de quicio que siempre que se lleva adelante una iniciativa, sea municipal, insular, autonómica o nacional, estén los de la otra acera siempre criticando de forma destructiva sin aportar soluciones o, en su caso, aplaudir las que han salido bien.

El PSOE se ha quejado, ahora solo falta que el plan que presentaron para regular el tráfico el día de Reyes en la capital grancanaria no convierta a esta urbe en un caos peor que el esperado. Aún así, pase o no, a buen seguro que tendremos al día siguiente a los contrincantes políticos echando pestes de las medidas... Ley de vida.

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