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Nos estamos acostumbrando tanto a la política-espectáculo que ya no hay asunto de interés general que llene portadas o abra telediarios. Sin ... embargo, hay que achacarlo a los medios de comunicación y no a la clase política, que se limita simplemente a echar el hueso para que los periodistas corran detrás de él. Que todo lo que haga o diga Ayuso es un «viral» está ya más que demostrado, y a la presidenta de Madrid le basta maquinar con su responsable de «prensa» la ocurrencia del día para tener más tirón que las Kardashian. Pero que esas sandeces y salidas de tono sean la pieza principal de los medios es responsabilidad de estos.
A lo que parece, los medios más que contratar a los «guardianes de la puerta» del telediario, del periódico o del informativo radiofónico, han optado por guionistas de serie B que estiran un guion insulso a base de giros tan inesperados como ridículos, pero que mantienen en la butaca al público.
Lo señalaban este fin de semana un grupo de corresponsales de distintos medios de prestigio en España. Muchas veces les encargan los temas, pero otras muchas los proponen ellos. Y ya es anecdótico el que se ocupen de informaciones sobre la política española. Las razones, coincidieron todos, es que no hay tal información política, sino «estupideces» que difícilmente se las pueden «traducir» a la ciudadanía de sus países. Por ejemplo, en la Conferencia de Presidentes no se habló de vivienda. En un país con una crisis habitacional descomunal, el tema queda sepultado por el hecho de que Ayuso no quiere ponerse un pinganillo y sale de la sala para no escuchar hablar en catalán o en vasco. Y eso fue lo que abrió telediarios. Con medios así, no le echemos la culpa a esta indigente clase política que sufrimos.
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