El envejecimiento de la población, el desplome de la natalidad y el saldo migratorio (es decir la diferencia entre la población que entra y sale ... de las islas) representan grandes retos para nuestra sociedad que requieren de análisis y planificación. En este artículo estudiamos estos retos demográficos poniéndonos como horizonte el año 2040. Todos los datos utilizados hasta el año 2022 han sido obtenidos del ISTAC (el Instituto Canario de Estadística). A partir de 2022, los datos mostrados son predicciones que se obtienen usando una variante del modelo de McKendrick–von Foerster. La evolución de la población depende esencialmente de tres factores: el ritmo al que nacemos, el ritmo al que fallecemos en función de nuestra edad y el saldo migratorio. Con respecto a los nacimientos, en la figura 1 observamos que entre el 2008 y el 2022, el número de nacimientos ha bajado con fuerza en todos los grupos de edad de las madres salvo en el rango de 40-44 años donde crece ligeramente. Para hacer nuestras predicciones haremos la hipótesis conservadora de que esta fuerte tendencia se va a ir frenando y que la variación futura, en 2040, será de solo un 10% de la variación experimentada en los últimos años.
La parte más difícil de predecir en nuestro modelo es el saldo migratorio porque depende de factores externos difíciles de controlar. En la figura 2 observamos cómo ha evolucionado este saldo migratorio en los últimos años de acuerdo con la edad del migrante. Observamos que el rango entre 20-39 años es el más numeroso, lo cual nos interesa especialmente pues estas personas trabajan, tienen hijos y ayudan a mitigar, algo, la dinámica de envejecimiento poblacional que padecemos. Observamos también que la crisis económica del 2008 produjo un fuerte descenso que empezó a recuperarse a partir del 2015. Para simular el efecto del saldo migratorio en nuestro modelo plantearemos tres escenarios: el primer escenario, que llamamos ACTUAL, corresponde a suponer que el saldo migratorio se mantiene globalmente en los niveles actuales. En el segundo escenario, que denominamos DOBLE ACTUAL, suponemos que el saldo migratorio tiende a duplicarse respecto al actual y, en el tercer escenario, que denominamos MITAD ACTUAL, suponemos que el saldo migratorio tiende a reducirse a la mitad respecto al actual.
En la figura 3 vemos las predicciones sobre la evolución del total de la población canaria en los diferentes escenarios. Observamos, por ejemplo, que en el escenario ACTUAL la tendencia es ligeramente descendente, es decir, el flujo de entrada migratorio no absorbe del todo la pérdida de población ocasionada por el desplome de los nacimientos y el aumento de los fallecimientos por el envejecimiento poblacional.
En el escenario ACTUAL, observamos que la población total no tiende a cambiar mucho, pero la distribución por edades si cambia muchísimo. En la figura 4 observamos, para los años 2000, 2022 y 2040 como ha ido cambiando dicha distribución. En el año 2000, el pico de población se encontraba en los 27 años, cada año, ese pico se va desplazando, de tal forma que en 2022 estaba en 49 años y en el 2040 estará en 67 años. Además, el número de jóvenes desciende con fuerza (según las predicciones del modelo, en 2040 tendremos un 40% menos de población entre 1-18 años con respecto a 2022, mientras que la población mayor de 65 años aumentará en un 60%).
En el ámbito sanitario, el ISTAC publica datos sobre las estancias hospitalarias por grupos de edad donde se observa un aumento exponencial de las necesidades de estancias hospitalarias a partir de los 60 años. Teniendo en cuenta estos datos, en la figura 5, hacemos una predicción de las necesidades de estancias. Como el saldo migratorio no incluye muchas personas mayores, estas necesidades de estancias hospitalarias dependen mucho más del envejecimiento que del saldo migratorio y en todos los escenarios aumenta en 2040 más del 32% respecto a las necesidades del 2022, es decir que la capacidad de nuestros hospitales debería aumentar más de un 32% en solo 16 años, lo cual es un desafío enorme para tan corto espacio de tiempo.
Como conclusiones del estudio podemos destacar que los cambios demográficos están transformando profundamente nuestra sociedad planteando desafíos enormes. Para afrontar estos desafíos es necesario revertir el desplome de la natalidad, mantener un saldo migratorio equilibrado, principalmente de personas jóvenes, y aumentar fuertemente los recursos socio-sanitarios necesarios para afrontar el envejecimiento poblacional, algunos de los cuales, como el aumento de la capacidad hospitalaria o de residencias de mayores (ya muy deficitarias) requieren de enormes medios y una planificación temporal a medio-largo plazo.'
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