La inclusión se demuestra incluyendo
La inclusión es una construcción colectiva. Se expresa en cómo miramos, cómo acogemos y cómo entendemos la diversidad humana
Lorenzo Esma
Gerente de San Juan de Dios Las Palmas
Miércoles, 26 de noviembre 2025, 22:54
En vísperas del 3 de diciembre, Día Internacional de las Personas con Discapacidad, desde la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios renovamos nuestro compromiso ... de trabajar por una sociedad más justa, accesible e inclusiva. Sin embargo, este año llegamos a esta fecha con un sentimiento agridulce y con la necesidad de realizar una reflexión profunda.
El pasado mes de octubre, el narrador de un concierto educativo al que asistieron varios alumnos de nuestro colegio de educación especial interrumpió su actuación para pedir a nuestros niños que abandonaran la sala porque estaban «haciendo ruido», según declaró. Aquel incidente fue un recordatorio doloroso de que, pese a los avances, aún queda un largo camino que recorrer para alcanzar la verdadera inclusión.
No fue un malentendido menor. Fue la manifestación clara de un problema estructural: todavía hay quienes consideran que las personas con discapacidad 'no encajan', 'molestan' o 'no pertenecen' a determinados espacios públicos. Y esto revela una verdad incómoda: la inclusión no se logra solo con leyes, declaraciones o buenas intenciones; se logra con prácticas, actitudes y cultura social.
El ejemplo positivo en aquel concierto lo dieron los profesores de los otros centros que habían acudido porque, tras la expulsión de nuestro alumnado, se levantaron de sus asientos y los acompañaron al exterior expresando «si a estos niños no se les permite estar, los nuestros tampoco estarán».
En la Ciudad San Juan de Dios trabajamos cada día con personas que merecen disfrutar, como cualquiera, del derecho fundamental a vivir en una comunidad que las acoja sin reservas. Nuestros niños, jóvenes y adultos no deberían ser invitados incómodos en espacios culturales, educativos o sociales, sino protagonistas legítimos de ellos. No basta con dejarles entrar. Hay que querer que estén.
Lo que hizo aquel narrador no define a nuestra sociedad, pero sí la interpela. Nos obliga a preguntarnos: ¿qué imagen transmitimos cuando un grupo de escolares es expulsado simplemente por ser quienes son? ¿Qué aprenden los demás niños y niñas que presenciaron la escena? ¿Qué mensaje enviamos a las familias de aquellos menores con necesidades especiales, que viven cada día las barreras visibles e invisibles de la exclusión?
Este hecho, lejos de desanimarnos, refuerza nuestra convicción de seguir trabajando por una inclusión real. Una inclusión que no se limite a la presencia física, sino que abrace la participación plena, la igualdad de oportunidades y el respeto incondicional. Pero para lograrlo necesitamos el compromiso de todos: administraciones públicas, entidades sociales, centros educativos, empresas, medios de comunicación y, en especial, de cada ciudadano.
La inclusión es una construcción colectiva. Se expresa en cómo miramos, cómo acogemos y cómo entendemos la diversidad humana. Se expresa en abrir las puertas -todas las puertas- a quienes durante demasiado tiempo han encontrado cerraduras.
Por eso, con motivo del inminente Día Internacional de las Personas con Discapacidad, invito a convertir aquel incidente en un punto de inflexión. Que no sea solo un episodio lamentable, sino un impulso para actuar. Que cada uno de nosotros, desde el lugar que ocupa, se pregunte qué puede hacer para que nunca más una persona sea apartada de un espacio que le pertenece por derecho.
A las familias y personas usuarias de San Juan de Dios les reitero nuestro compromiso: no dejaremos de defender su dignidad, sus capacidades y su participación plena en la sociedad. Y a la comunidad de Gran Canaria, le agradezco el apoyo y la sensibilidad que muchos han mostrado desde aquel día. Sigamos avanzando juntos.
La inclusión no es un destino, es un camino que se recorre cada día. Y aunque aún queda mucho por hacer, no dejaremos de dar pasos firmes hasta que todas las personas, sin excepción, ocupen el lugar que les corresponde en la sociedad: el de ciudadanos con los mismos derechos, la misma dignidad y las mismas oportunidades.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión