¿Legitiman la barbarie?

Llevamos mucho encabezando casi todos los parámetros negativos. Demasiado tiempo liderando las frías estadísticas que reflejan una sociedad sumida en una demoledora realidad. No es nuevo que figuremos entre los más pobres, con más parados, los salarios más bajos, la cesta de la compra más cara, el mayor desequilibrio social, entre los que atesoran mayor fracaso y abandono escolar, con una inmensa mayoría a la que le cuesta un mundo llegar a final de mes y con muy pocos con capacidad para hacer frente a un imprevisto. Qué decirles de los dependientes, de las listas de espera. Son bastantes los años que arrastramos la condición de pobres entre los pobres. El que la destrucción de empleo triplique aquí la media nacional, dato conocido esta semana, no es más que un suma y sigue..

El retrato de una sociedad canaria coqueteando con el subdesarrollo amarillea por viejo, aunque pese sobre nosotros el estigma de ser islas afortunadas, España tropical, etc, etc. Tal es que cuando alguna vez, tibiamente, se nos ha ocurrido llamar la atención no ha faltado quien haya dicho: hay que ver lo pedigüeños que son esos canarios, con lo bien que se vive ahí. Y a otra cosa, mariposa.

Claro que si así ha sido, bastante culpa nuestra es, incapaces de colocar esta sangrante realidad en el debate central del Estado. Sin embargo, ocurre que ahora, a propósito de los desmanes de algunos, como consecuencia del drama migratorio, que tampoco es nuevo, lo llevamos sufriendo desde hace bastante, esta tierra que siempre ha dado cobijo a gente de todas las banderas copa, como nunca, la atención de los medios nacionales: tertulianos diversos y políticos lejanos, escandalizados por lo que aquí está sucediendo.

Qué cosas, ahora sí. A cuenta de unos bárbaros nos vemos en el centro del debate nacional. Cuando, en palabras del juez Arcadio Díaz Tejera, comprobamos los conflictos de los penúltimos contra los últimos, pues no otra cosa es la que se está viviendo en nuestras calles, se escandalizan. ¿Acaso están legitimando la barbarie?

Desarraigo, frustración, miseria, desempleo no alimentan la concordia. Todos los que han sido emigrantes, y los isleños lo hemos sido, saben que ser inmigrante no conlleva ninguna ventaja. Por eso, resulta del todo incomprensible que se siga aumentando la presión sobre una sociedad que bastante arrastra con sus miserias. Que ahora se fijen en nosotros solo a cuenta de unos bárbaros, desalienta.