La división del PSC acosa a Torres
El Partido Socialista Canario, cada día más dividido, cuestiona abiertamente el liderazgo de Ángel Víctor Torres. La lista que presentó el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, Augusto Hidalgo, dice mucho de quien está con quien en este rápido proceso de recolocación del socialismo en la era Torres. Hay un movimiento de militantes importante, cargos orgánicos y públicos, como la presidenta del Parlamento de Canarias, Carolina Darias, la todopoderosa concejal Inma Medina o el diputado Gabriel Corujo, entre otros, que se han significado abiertamente en contra del aparato sostenido por Chano Franquis, apoyos que, finalmente, hasta hoy, eran de Ángel Víctor Torres, pero que han entrado en una catarsis de decepción, al menos entre la militancia, que nada más conocerse el resultado de las primarias el pasado jueves, retaban a Torres a través de las redes sociales.
¿Qué está pasando entre los socialistas canarios? Que el liderazgo de Ángel Víctor Torres está muy cuestionado en grandes ámbitos de su partido, entre ellos, también, en de Chano Franquis, al que no le queda duda alguna de que por la puerta de atrás su protegido apoyó la candidatura de Augusto Hidalgo. Franquis acumula agravios. No le perdonan en el partido que apoyara públicamente a Pedro Sánchez y que, para guardarse las espaldas, reservara avales para Susana Díaz, un recelo que no pudo contener Torres para nombrarlo secretario de organización, el puesto que le habían prometido. Tuvo que retirarse a los cuarteles de invierno, a su todopoderosa agrupación de Las Palmas, en la que su querido García Quer le cuida una importante bolsa de militantes, que ha ido disminuyendo, pero que le permite sobrevivir aunque sea con victorias pírricas.
Un triunfo que no deja indiferente a nadie porque ha puesto de relieve las múltiples fracturas que vive el partido. La militancia ha dejado constancia de que está muy dividida en Gran Canaria, el espacio natural de Ángel Víctor Torres, que ha logrado que, sectores que le apoyaban, lo abandonen. En esta isla, los socialistas más relevantes, entre ellos el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, y su amplia lista de apoyos, han tenido un gesto de hostilidad hacia el secretario general, que éste ha recibido intentando acercarse a ellos. En Gran Canaria, donde Torres tendría que ser el alma de la organización por haber sido su secretario general y por liderazgo propio, ha defraudado a muchos, que dicen de él que “no llega”, que no tiene altura para dirigir el PSOE y que va de por libre en todas sus iniciativas.
Torres tiene un grupo reducido de asesores, que se reúnen en distintos restaurantes de Las Palmas, habitualmente en algunos cercanos al domicilio del secretario general en la zona de Firgas. Hasta ahora se reunían con la incondicional Loli Corujo, el majorero Blas Acosta o Chano Franquis, para, según el propio Torres “tomar las decisiones más importantes para Canarias”.
Lo que ha venido decidiendo ese núcleo duro es lo que se ha hecho, al margen, incluso, de la propia Ejecutiva, en la que se dice una cosa y se hace otra. Ante algunas cuestiones han saltado las alarmas en Génova, como la visita a Baleares, en la que se comprometió a defender las peculiaridades de esas islas y colocarlas a la misma altura que el REF canario, una papa caliente para Pedro Sánchez si llega a gobernar. En definitiva, que si Ángel Víctor Torres contaba con toda Gran Canaria para completar su carrera política, presentándose a las primarias para la candidatura a la presidencia del Gobierno, en este momento, no tiene nada claro el apoyo cerrado, todo lo contrario.
En esta rápida pérdida de apoyos y simpatizantes, Ángel Víctor Torres habla con todos, incluido Pedro Martín, el hombre fuerte en Tenerife, el que tumbó la candidatura patrocinada por el secretario general. No le queda otro remedio si quiere salvar los muebles. El sector lagunero del PSOE, el más cercano a Coalición Canaria, empujó y ayudó mucho para convertir a Torres en líder del PSC-PSOE, pero en las primarias a la Secretaría Insular barrió el sector de Patricia Hernández, que encabezó Pedro Martín. Han hablado, pero Tenerife no garantiza absolutamente nada a Torres de cara a presentarse como candidato a una primarias para la presidencia del Gobierno. Torres ninguneó en la conformación de la Ejecutiva a este sector tinerfeño y siguió profundizando en la división interna al repartir los puestos de responsabilidad en el grupo parlamentario, algo que algunos no olvidan. Pero hay más, porque a Torres también le han dado la espalda algunos de los que en su momento lo apoyaron y que tienen mucho poder de influencia en Madrid, una cuestión que comienza a ser un tropiezo serio para sus aspiraciones. En este momento el secretario general del PSC-PSOE no tiene nada claro que pueda o deba dar ese paso, al que, por otro lado, está obligado. Lo tiene difícil sin el apoyo cerrado de Gran Canaria y de Tenerife, con la sospechas de Ferraz y algún que otro escándalo en puertas.
El resto de los apoyos, La Palma, Lanzarote y Fuerteventura, también renguean. Loli Corujo, la muleta conejera de Torres, portavoz del grupo parlamentario y a sus órdenes directas, no logra gobernar a los diputados. La acusan de no tener capacidad de trabajo, de falta de solvencia y liderazgo para estar al frente de un grupo de expertos en política. Es más, se ha dedicado a hacer trampas con el trabajo ajeno y se lo reprochan. El duo parlamentario,
Corujo y Torres, no ha logrado poner en línea la política del partido para convertirse en referente electoral, y de ello se quejan, amargamente, los diputados que viven en una continua decepción. Fuerteventura mantiene su apoyo cerrado, pero con tantas condiciones y peticiones, que a Torres se le está haciendo muy difícil contentar a Blas Acosta, al que, además, rodea la permanente sospecha sobre sus actuaciones. Torres vive con el temor continuo de que en Fuerteventura salte algún escándalo en la gestión del Cabildo que ahogue al partido y que lo ponga en un brete. La Palma ni cruje ni muge por lo pronto, y están a verlas venir, como siempre.
Hace dos meses nadie en el PSC-PSOE se planteaba la posibilidad de disputar a Torres la candidatura a la presidencia. Hoy son demasiadas las voces y los sectores que, defraudados, claman porque alguien salte al ruedo para evitar que el partido se sumerja en la irrelevancia y se convierta, de nuevo, en el comodín, de ATI, que es el camino que han diseñado para Torres desde fuera del PSOE y que él ha aceptado. La división es tan profunda y las dudas de tal calibre, que nadie, ni el propio Ángel Víctor, tienen garantía alguna.
«¿Qué está pasando entre los socialistas canarios? Que el liderazgo de Torres está muy cuestionado en grandes ámbitos de su partido, entre ellos, también, en el de Chano Franquis, que no duda de que su protegido apoyó la candidatura de Augusto Hidalgo»
La arista
Manuel Mederos