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En su décimo aniversario la LPA Trail que, en su décima celebración, se consagra como una carrera de las más populares y eficaces para la ... promoción de esta modalidad atlética, y su acercamiento al público isleño y foráneo, vivió un auténtico ambiente festivo tanto en su salida de la plaza principal de Santa Brígida, en el caso de la modalidad larga (19 kilómetros), como en su trayecto por el Guiniguada, al que se iban sumando los participantes de las modalidades media (12 kilómetros) y corta (5 kilómetros), que descendían de los riscos circundantes, como el de Tafira Baja, zona del campus universitario, o del entorno del Barrio de Lomo Verdejo. Y, por su puesto, en la llegada a la Plaza Mayor de Las Palmas de Gran Canaria, la Plaza de Santa Ana, donde quienes participaban, ocuparan el lugar que ocupara, e independientemente de la modalidad que corrían, fueron recibidos por un enorme y jaleoso público, que les victoreaba entusiasmado. Incluso fue muy concurrida la prueba que se celebró para que los más pequeños también tuvieran su participación en este 'Día del Trail en Las Palmas de Gran Canaria'. Sin duda desde Santa Brígida se corrió y Vegueta fue una fiesta.
Una forma de concebir la prueba que no sólo la acerca mucho más a los entornos naturales del Guiniguada, lo que la convierte en una elocuente reclamación de la salvaguarda y mejor utilización de este espacio natural que comparten, en principio, los dos municipios que ahora acogen esta carrera, sino que la instituye como un hito deportivo de otros hitos emblemáticos de la historia insular, que marcaron decisivamente el devenir de Las Palmas de Gran Canaria a través de los siglos. Es el paso por unas instalaciones hidráulicas tanto en Santa Brígida, como unas presas, un entramado de acequias o de antiguos y característicos lavaderos, de barranquillos por el que siempre corría el agua, o en Las Palmas de Gran Canaria a partir de Fuente Morales, de donde provino el agua que consumió, mayormente la ciudad, desde el siglo XVIII hasta ya bien entrado el XX, con las conducciones que diseñó Juan de León y Castillo, que aún se conservan en una parte significativa que debería restaurarse, o los molinos que se movían aprovechando el paso de esos caudales de agua. Es disfrutar de los bancales, muchos ya abandonados, donde siempre se cultivó buena parte de las verduras, los granos o las frutas que consumía la capital insular.
Pero también, esa mañana del pasado domingo 30 de marzo, al correr por el Guiniguada y sus entornos, por la estrecha y bellísima garganta de La Angostura, con la vista puesta en los altos riscos de Tafira y El Monte, surgía otro hito, hoy casi leyenda o acontecimiento que entra en la mitología insular, el de 'El Batán' el de ese 3 de julio de 1599 en que militares holandeses y fuerzas isleñas se encontraron en ese entorno y, como dijo Cairasco de Figueroa, «así fue vencida la victoria». Muchos rememoramos en este discurrir deportivo los acontecimientos del ataque del almirante Van der Does hace cuatrocientos veinte y seis años, y lo hacíamos en la plenitud de una de sus más propias y trascedentes escenografías.
En fin, la LPA Trail celebraba sus diez años en cada uno de los pasos que daban quienes participaban en sus ya tradicionales modalidades, y esos pasos marcaban una honda huella que deja a esta carrera marcada como una prueba que ya caracteriza la llegada de la primavera a la capital insular, y que ahora también comparte con la Villa satauteña, que hace 426 años también fue capital en los días de la ocupación holandesa de Vegueta y Triana. Una celebración que se vivió también en familia, pues es desde estas de donde pueden surgir los grandes deportistas futuros. 'Corre en Familia' fue el lema propuesto para que los menores, a partir de los 8 años de edad en adelante, pudieran participar en la LPA Corta, siempre en compañía de un adulto. Ello significó no solo una gran oportunidad para disfrutar en familia de la fiesta del Trail, y para despertar nuevas vocaciones, sino para que la Plaza de Santa Ana viviera una mañana repleta de público y participantes de todas las edades. Hasta las campanas de la Catedral de Canarias, que repicaban con una espléndida sonoridad, quizá la misma que atrajo el interés del mismísimo Camilo Saint-Saëns a finales del siglo XIX, parecían sumarse a la celebración que durante diez años ha vivido y compartido muy de cerca.
La capital grancanaria se ha vestido de Trail durante diez años, y plausiblemente en este aniversario ha acicalado con el mismo ropaje deportivo a su vecina Santa Brígida, lo que permite augurar un futuro muy interesante para esta carrera, que, además, ha conllevado que se limpien y se mejoren senderos que ahora quedan para el disfrute de la ciudadanía a lo largo del año, trayectos donde se podrá conocer mejor el ser y sentir de una historia y una geografía de altos valores. La LPA Trail permitió disfrutar de una mañana deliciosa, donde correr por el Guiniguada y su entorno fue un disfrute constante, en el marco de una carrera perfectamente organizada, al tiempo que eficaz y amablemente atendida. Sin duda, y como ya puede avanzar en 2016, la LPA Trail es verdaderamente montaña en la ciudad. Que siga y se engrandezca.
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