Gran Canaria en la cultura de defensa y seguridad
El jefe de Estado Mayor de la Defensa, el almirante general Teodoro Esteban López Calderón, al presentar los actos del Día de las Fuerzas Armadas ' ... DIFAS 25', que se desarrollan esta semana en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, no sólo se refirió a una histórica realidad isleña, la «relación cercana y afectuosa que ha existido desde tiempos inmemoriales entre la sociedad canaria y los miembros de las Fuerzas Armadas, quienes gozamos de gran aprecio en las islas», sino que apuntó algo trascedente de estos eventos, como que son «una magnífica ocasión para mostrar que nuestra Defensa es compromiso de todos, más si cabe en estos tiempos en los que es más importante que nunca demostrar ese compromiso».
Esto debe llevar a una reflexión sobre los desafíos en materia de seguridad global en las Islas Canarias. Y es que se está, una vez más en la historia insular, ante una realidad dura, que llega con paso firme e ineludible, que se impone día a día, hora tras hora, y debe ser centro de atención de todos los sectores de la sociedad canaria, de todos y cada uno de los habitantes de estas islas, y con ellos, por supuesto, del Estado en su conjunto, que, como ya afirmó Pérez Galdós en el año 1900, debe ser consciente como «… el archipiélago canario, centinela avanzado de España en medio del Océano, conoce bien las responsabilidades de su puesto, y en él permanece y permanecerá siempre firme, vigilante, sin jactancia ni miedo, confiado en sí mismo y en su derecho…»
Unos días de junio en los que podemos rememorar como, de las más modernas concepciones de la seguridad y defensa nacional, encontramos valiosos precedentes en la historia de estas Islas. Un Archipiélago en el que, desde tiempos prehistóricos, una de las misiones esenciales que debieron asumir sus pobladores de todos las épocas fue la de la defensa de su territorio, actividad a la que debían adjudicar los recursos que su economía y su población les permitía, con el fin de que el progreso y la libertad fueran posibles.
Y ello nos recuerda además como el mencionado escritor Benito Pérez Galdós, cuyo hermano don Ignacio estuvo al frente de la Capitanía General de Canarias (1900-1902 y 1903-1905), proclamaba, a comienzos del siglo XX, que «no hay libertad sin ejército, ni ejercito sin libertad», consciente de lo acontecido siglo tras siglo en sus islas natales, donde su historia, dada su condición de ser unas islas enclavadas en una de las rutas atlánticas más estratégicas, ha sido, en gran medida, la de la historia de su seguridad y su defensa, y con ello la de su historia militar, algo que marcó su desarrollo, la realidad de los acontecimientos a través de los siglos y, en gran medida, mucho de la forma de ser de sus habitantes, así como de su urbanismo, su arquitectura, sus tradiciones y su cultura, e incluso el mismo carácter isleño.
Tanto que, a la luz de todo ello, hoy podemos afirmar que el devenir de la seguridad y la defensa, la propia historia militar, es una página ineludible, inseparable, de la historia y de la cultura insular. Esto habrá que tenerlo siempre muy presente si, de verdad, se quiere tener un conocimiento cierto y preciso de cuál ha sido la historia y la idiosincrasia de estas Islas Canarias, y de sus habitantes de todos los tiempos. Hablamos de una realidad histórica que debe ayudarnos a repensar el presente, el futuro y el porvenir de las islas desde una base sólida de pensamiento y reflexión, dentro de unos escenarios globales a los que no puede escapar el Archipiélago, desde su posición estratégica en el Atlántico.
Se trata de unas ideas y un pensamiento, acordes en cada momento al devenir de muy distintas épocas y circunstancias, que fue intrínseco para la sociedad isleña, desde los tiempos en que se crearon las Milicias Provinciales de Canarias, en que aparecieron, se asentaron y se enraizaron en la vida cotidiana insular los Capitanes Generales, en los que instituciones oficiales y privadas se coaligaron, en muchas y diversas ocasiones, para afrontar la construcción de una red castillos, torreones, baluartes o instalaciones muy diversas, imprescindibles para una defensa militar que garantizara la seguridad de las islas y asegurara su porvenir, en los que se fue incluso conscientes que la defensa nacional tenía un frente muy importante en este archipiélago atlántico, en especial en ocasiones tan relevantes como los ataques del almirante holandés de Pieter Van der Does en 1599 o de almirante inglés Horacio Nelson en 1797, la participación activa de unidades de Tenerife y Gran Canaria en la Guerra de Independencia a partir de 1809, o cuando, ante el peligro de un gran ataque de las potencias aliadas a estas islas, a causa de la Guerra de Sucesión, se estimuló el sentido de la responsabilidad que algunos autores, como es el caso de Pedro Agustín del Castillo, Corregidor de forma interina y Capitán de Guerra, así como, a partir del 30 de octubre de 1700, sexto Alférez Mayor de Gran Canaria, que aguza su sensibilidad y sus conocimientos para trazar algunas previsiones y planes para la defensa de la ciudad y de la isla en su conjunto, y que recoge en un trabajo, presentado ante el Cabildo de la isla el 20 de junio de 1702, bajo el título de 'Previsiones públicas y militares para defender esta isla'.
Un sentir y una actitud que quedan hoy perfectamente palpables en el artículo 30 de la Constitución Española de 1978, cuando señala como todos «Los españoles tienen el derecho y el deber de defender a España», y que conecta directamente con lo que hoy se promueve como 'cultura de defensa', que debe ser una asignatura presente, constante y muy efectiva en la vida cotidiana de la sociedad española actual, de toda la ciudadanía.
Canarias en general, la isla de Gran Canaria en particular, puede ser un ámbito muy adecuado para entender lo que significa una 'cultura de defensa' bien aceptada y arraigada en el seno de la sociedad insular. Y debe hacerlo desde esa óptica que presenta a la 'defensa' como un objetivo que abarca muchas más cuestiones que las estrictamente militares, y que es una obligación que atañe a toda la ciudadanía, por lo que debemos entender el asunto como una verdadera 'cultura' que no es otra cosa que «nuestra forma de habérnosla con nuestra realidad».
Además, desde esta posición clave entre tres continentes, se tiene una base de inapreciable valor para una visión muy estratégica del mundo actual. Un mundo del que todos formamos parte, pero que no a todos pertenece por igual. Un mundo con crecientes posibilidades, si bien no están repartidas con justicia, ni equidad. Un mundo que, sin duda, será inseguro si no somos capaces de comprender el verdadero significado de la palabra seguridad, y si no trabajamos para implantarla y defenderla.
Una Jornada sobre Desafíos en Materia de Seguridad Global en las Islas Canarias, celebrada en el año 2020 en Las Palmas de Gran Canaria, constituyó no sólo un encuentro oportuno y solvente, sino un punto de partida para retomar la necesidad no sólo de difundir estas materias entre el conjunto de la población, sino para sensibilizar y hacer muy partícipe de las mismas a los distintos sectores económicos e institucionales, desde los que se vertebra la vida insular y, por ende, su seguridad. Ahora, una semana de reconocimiento al trabajo ímprobo que realizan las Fuerzas Armadas, de «dar a conocer a la ciudadanía el trabajo que los militares realizamos dentro y fuera de nuestras fronteras, nuestra labor permanente de vigilancia y protección del territorio nacional y de defensa de la paz y la libertad en todo el mundo», como apuntó el almirante general López Calderón, debe ser también punto de partida para una reflexión serena y fecunda sobre los que la cultura de defensa y seguridad ha significado en el pasado de las islas y el papel que debe tener en adelante.
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