Una despedida de preclara memoria grancanaria

En el mundo universitario también se ha destacado D. Jerónimo Saavedra, tras estudiar Derecho en la Universidad Complutense de Madrid y especializarse en Derecho del Trabajo en diversas universidades europeas, como Trieste, Colonia y Florencia, lo que además le permitió entrar en contacto con las corrientes culturales y musicales con más incidencia en Europa en la segunda mitad del siglo XX. Tras ejercer la docencia universitaria en Madrid y La Laguna, recibió el encargo de poner en funcionamiento la Facultad de Empresariales de Las Palmas de Gran Canaria, donde ha venido ejerciendo su actividad universitaria y su magisterio de forma notoria y señera.

De su actividad política muchísimo se podría decir, y mucho rato nos llevaría referir todos los importantes puestos a los que fue llamado para desempeñar una labor que siempre ha dejó una destacada y fecunda huella. De esta vertiente de su vida siempre se recordará su constante entrega al servicio de sus conciudadanos, sus desvelos por atender sus problemas más acuciantes, con una notable significación en el mundo sindical, así como su capacidad para proponer y poner en marcha iniciativas que luego cuajaban como proyectos consolidados que perduraban en el tiempo y se convertían en algo propio asumido por todos los ciudadanos y sus instituciones; es el caso del festival de Música de Canarias, hoy una de las banderas culturales más señeras de Canarias. Desde la Alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, el Sr. Saavedra Acevedo no sólo ha facilitó mucho el tránsito para el Festival de Ópera de Las Palmas de Gran Canaria - Alfredo Kraus volviera al Teatro Pérez Galdós, su sede tradicional y más natural, tras tantos años de ausencia, sino que permitió que se hiciera realidad un sueño, que ya se había convertido en una imperiosa necesidad reclamada por toda la sociedad canaria, la puesta en marcha de la cuarta función en cada uno de los cinco títulos de cada Temporada.

Por todo ello, por muchísimo más que sería imposible referir en este momento, por el desinteresado e imprescindible apoyo que siempre prestó a todas las iniciativas sociales, cívicas y culturales de Canarias, mostrando una confianza absoluta en todo lo que la sociedad civil le proponía y el acogía con gran satisfacción, por ser un verdadero referente cultural canario ante los ojos del mundo, algo que nos honra y dignifica a todos, en esta hora de su despedida, la que todos hubiéramos deseado que no se produjera nunca, pues nos sentimos verdaderamente huérfanos de un maestro irremplazable, y el testimonio de su vida nos recordará que, como ya augurara hace siglos Bartolomé Cairasco de Figueroa, será venturosísima Canaria de hijos ilustres y de alta estima, entre los que nunca se podrá olvidar el preclaro nombre de Jerónimo Saavedra Acevedo.