Cuando la IA llama en tu nombre
Una inteligencia artificial que se comunica por ti para consultar precios o reservar citas
Google ha dado un paso más en la evolución de los asistentes digitales con el lanzamiento de su nueva función de llamadas de IA agéntica, ... una herramienta que materializa la convergencia entre inteligencia artificial avanzada y necesidades cotidianas.
Dirigida inicialmente a usuarios en Estados Unidos, esta funcionalidad permite contactar automáticamente con negocios locales en nombre de las personas, con el objetivo de recopilar información sobre precios y disponibilidad de servicios. Supone así una optimización de la experiencia de búsqueda y el inicio de una nueva era de automatización en la relación con proveedores.
El proceso resulta sorprendentemente intuitivo. Cuando alguien busca en Google frases como 'peluquerías para mascotas cerca de mí', aparece la opción 'Solicitar a la IA que verifique precios'. Al seleccionarla, el usuario introduce detalles como el tipo de mascota, los servicios deseados, la disponibilidad horaria y la forma preferida de recibir la respuesta (correo electrónico, teléfono o directamente en la interfaz de Google). Con esta información, la IA contacta de forma proactiva con varios establecimientos de la zona.
En el núcleo de esta funcionalidad confluyen dos potentes tecnologías: el modelo de lenguaje Gemini, la arquitectura más avanzada de Google, y Duplex, el sistema de voz artificial presentado en 2018 y célebre por su capacidad para mantener conversaciones telefónicas con naturalidad casi humana. Duplex combina reconocimiento de voz, comprensión lingüística profunda y síntesis vocal. Por su parte, Gemini 2.5 Pro, recientemente integrado en el AI Mode de Google Search, potencia el razonamiento complejo, el análisis de datos y la interpretación contextual, mejorando así la calidad de las solicitudes y respuestas.
La evolución técnica ha venido acompañada de mejoras en materia de transparencia y ética. Tras las críticas a Duplex por no identificarse como una IA en sus primeras versiones, Google ha incorporado de forma obligatoria una presentación clara del asistente como agente automatizado. Esta medida no solo responde a normativas regulatorias, sino también a una creciente preocupación social sobre el uso ético de la IA en la interacción con humanos.
Por ahora, el servicio se encuentra disponible en casi todo el territorio estadounidense, con excepción de cinco estados (Indiana, Louisiana, Minnesota, Montana y Nebraska). En cuanto a su funcionamiento, evita realizar llamadas en horarios nocturnos o inapropiados, y todas las conversaciones son grabadas y supervisadas, tanto para garantizar la calidad como para detectar posibles errores. Además, los negocios pueden desactivar esta opción desde su perfil de empresa en Google, lo que garantiza cierto control sobre su participación en el sistema.
Para los usuarios, el impacto es inmediato: elimina la necesidad de realizar llamadas individuales, ahorra tiempo y permite comparar múltiples opciones de manera más eficiente, ya que centraliza la información en un único resumen. En pruebas previas al lanzamiento, la función logró recopilar datos sobre servicios de estética en apenas veinte minutos, un tiempo significativamente menor al que requeriría una gestión manual.
Desde el punto de vista empresarial, la llegada de llamadas automatizadas puede generar cierta resistencia inicial, especialmente entre quienes no están habituados a este tipo de innovación. No obstante, para muchos negocios supone una oportunidad de captar clientes sin invertir tiempo adicional. En sectores muy competitivos, la capacidad de ofrecer información clara y rápida puede marcar la diferencia.
Además de las llamadas, Google ha reforzado su AI Mode con la incorporación de Gemini 2.5 Pro en sus planes AI Pro y AI Ultra, integrando funciones como Deep Search. Esta búsqueda profunda escanea múltiples fuentes en paralelo, analiza y contrasta datos, y entrega respuestas más elaboradas en segundos.
La estrategia de Google busca posicionarse frente a rivales como Perplexity AI y OpenAI, que también están desarrollando nuevas generaciones de asistentes virtuales y plataformas de búsqueda. En este contexto, la capacidad de hacer llamadas reales otorga a Google una clara ventaja: su IA no solo informa, sino que actúa.
Google ha señalado que el servicio está en evolución constante. Las llamadas realizadas por Gemini y Duplex son supervisadas, y se recogen comentarios tanto de los usuarios como de los negocios contactados. Esta retroalimentación permite ajustar el sistema, mejorar los resultados y corregir desviaciones, afianzando una experiencia más fiable y adaptada.
De cara al futuro, la compañía planea extender progresivamente esta función a más tipos de negocios y estudia su internacionalización, aunque aún sin fechas confirmadas. Su implementación fuera de EE. UU. dependerá de factores como la normativa local sobre IA, la protección de datos personales y la aceptación cultural del servicio. Algunos países podrían requerir adaptaciones específicas para cumplir con sus marcos legales y expectativas sociales.
Queda por ver si los usuarios confiarán plenamente en delegar sus contrataciones a una inteligencia artificial, incluso cuando esta prometa eficacia y comodidad. ¿Será natural dejar que una máquina negocie por nosotros una cita, un precio o una reserva? Y, al otro lado del teléfono, ¿aceptarán los negocios adaptarse a un futuro donde la mayoría de las llamadas no vengan de personas, sino de algoritmos? La automatización avanza, pero el grado de aceptación, tanto por parte de los consumidores como de las empresas, marcará el verdadero alcance de este cambio.
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