Puñeteros patinetes
«Hace falta regular. Y ya puestos, formar y también multar»
Hubo que lamentar 13 vidas perdidas en España en 2021 por accidentes donde hubo implicación de un patinete eléctrico. Y se pasó de la veintena ... de fallecimientos en 2022. Este año el registro de percances fatales mantiene la tendencia de repunte. En menos de tres años puede que se rebase la cota de las 50 muertes. En consecuencia, es evidente que estamos ante un problema de dimensión notable que bien merece ser tratado.
Por lo general, apenas si se demandan requisitos para los desplazamientos en espacios urbanos de un patinete eléctrico. En caso de alquiler, con pagar la tarifa estipulada por el operador basta. En consecuencia, abundan los que se valen de este vehículo sin llevar protecciones, ni siquiera un casco. Y también es común que el tránsito sea a criterio de quien va subido al artefacto. Abundan los que circulan sobre las aceras, sorteando peatones; los que van por las calzadas en dirección opuesta al sentido marcado, para congoja de los que van al volante; y los que evitan llevan artilugios con los que hacerse ver cuando se transita en horario nocturno.
Un servidor esta misma semana estuvo en riesgo de protagonizar dos percances en contra de mi voluntad. El martes a la tarde, en Cuatro Esquinas de Arrecife, tuve que parar en seco cuando un tipo vestido de negro, que bien iba en sentido adecuado, decidió que para su persona no era necesario hacer el stop, obligándome a pisar el freno a fondo para no llevármelo por delante. El miércoles, paseando por la calle El Pedro de la capital lanzaroteña, donde el ancho de la acera es más bien justito, me tuve que quedar estático para que me sorteara el sujeto que de frente marchaba a todo ir.
Hace falta regular. Y ya puestos, formar y también multar. Ya que los patinetes han llegado para quedarse, mejor con armonía y seguridad.
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