La pelea por Jorge Martín
«Pero como la vida sigue y hay más días que longanizas, pues qué se la va a hacer»
Me entretengo en casa alguna que otra noche con 'La revuelta'. Me gusta por sus protagonistas, casi tanto o más que por los invitados. Conserva ... la esencia de 'La resistencia'. A veces pecan de cafres y bárbaros. Y en ocasiones son brutos, patanes y ordinarios en los comentarios y con las insinuaciones. Pero tienen la virtud de que lo hacen como si de una conversación entre dos colegas con mucha confianza se tratara. Y con eso han logrado hacer virtud lo que en apariencia podría ser una gran tara.
Por supuesto que me agrada disfrutar con las interioridades de gentes de tronío y buena percha. Pero igual de buena percepción tengo cuando el protagonismo queda para otros muchos con menos cartel. Y me da igual que la persona invitada haga parada en el programa que lidera las noches de La 1 tras una extensa ronda previa por emisoras de radio, haber hecho escala en 'El hormiguero' de Antena 3 y haberse expuesto en 'Late xou' de La 2. Verbigracia, David Bustamente.
En una entrevista de un programa de variedades hay dos posiciones con las que poder disfrutar. Obvio que será mejor, mucho más entretenida, viva, fresca y atractiva si pone de su parte quien va de visita al plató, estudio o teatro de turno. Pero para que el espectador o escuchante se implique y disfrute, crucial que la parte anfitriona sepa jugar a ser mordaz, picante y sarcástica; con inteligencia y agudeza mental a la hora de replicar y provocar.
No estuvo Jorge Martín el jueves en 'La revuelta'. Y fue por circunstancias que aparentan sórdidas. Pero como la vida sigue y hay más días que longanizas, pues qué se la va a hacer. Ya habrá ocasión, una vez que antes se haya dejado ver en 'El hormiguero'. Y cuando sea menester, pues si me cuadra, estaré atento.
Hasta entonces, larga vida a la televisión convencional y a la radio de siempre. Y menos malos humos.
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