No hay agua para todos
«A nadie se le viene en gana poner en práctica medidas que ayuden a que el uso del líquido sea racional»
En 2023, más del 55% del agua que se desaló en Lanzarote no se facturó. Bien porque hubo un consumo fraudulento, bien debido a que ... se perdió en el proceso de distribución. Para poner en dimensión el disparate, se perdieron más de 16 millones de metros cúbicos. En 2022 y en los años previos el panorama fue parejo.
Las redes de canalización están hechas un desastre mayúsculo. Y el control que sobre las mismas se ejerce por Canal Gestión Lanzarote, responsable del ciclo integral del agua; y por el Consorcio Insular del Agua, compuesto por el Cabildo y los siete consistorios, no parece que sea el más eficaz y acertado. Como consecuencia, mucho me temo que cuando acabe 2024 seguiremos padeciendo escandalosos e inadmisibles niveles de pérdidas.
Lo cierto es que empezando mayo sigue siendo común y frecuente, demasiado, que en muchos hogares no haya suministro. Esta semana se han padecido cortes en el abasto en más de una veintena de localidades. Y mientras así acontece, a nadie se le viene en gana poner en práctica medidas que ayuden a que el uso del líquido sea racional. Como consecuencia, no constan limitaciones en las duchas de las playas, a la hora de lavar vehículos o en el llenado de cualquier piscina. Y a cambio, garrafa va, garrafa viene hasta lavarse los dientes si se tiene la morada en Los Valles o en el casco de Haría.
Quiero confiar en que las medidas anunciadas de últimas para remozar las tuberías servirán. Y quiero creer que se sigue trabajando para que las plantas desaladoras ganen en eficacia, consumiendo a la baja y contaminando mucho menos. Pero vendría de perlas que se dispusieran campañas de concienciación, para el lugareño y para todo el que nos visita. Y, sobre todo, también ayudaría que se viera la escasez como un grave problema de todos.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión