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El Vaticano se convirtió este sábado en la capital del mundo con la mayor concentración de poder, de jefes de Estado y de Gobierno del ... mundo. Es una demostración más del valor, de la influencia, de la realidad que componen los casi 2.000 millones de cristianos en el mundo que más allá de una religión, de una fe o de una espiritualidad, viven cada día con unos principios y valores fundamentales. El relevo impuesto por la naturaleza de la cabeza visible de la Iglesia provoca una demostración del poder popular del cristianismo que debería darse más a menudo sin otro ánimo que el de reafirmar la necesidad de paz, diálogo, tolerancia, convivencia entre todos, respeto a los demás, pero con la firmeza y convicción que permite una civilización, un modo de vida muy digno para todos. No es un eslogan ni marketing en un mundo donde los 'influencers' y mercachifles, como escribió el premio Cervantes, Álvaro Pombo, tienen ahora un lugar increíble. Francisco estuvo muy cerca de los pobres, defendió a los inmigrantes y promovió la discreción y la austeridad en su papado que ahora se ha aplicado en su entierro. Francisco fue una figura revolucionaria en la Iglesia católica, destacando por su apertura hacia el mundo islámico y su activa defensa de los derechos humanos, la justicia y la paz. Este compromiso se mantuvo hasta sus últimos días. En su último mensaje pascual pidió un alto el fuego en la Franja de Gaza, la liberación de los rehenes israelíes en manos de Hamás y el acceso humanitario para los civiles atrapados por la guerra.

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canarias7 El diálogo interreligioso de Francisco