Tres apuntes para cerrar la semana
Torres ocupa su espacio y el partido vive de esa renta
Pasividad ante una fiesta ilegal. Llega no se sabe quién, convoca a hurtadillas una gran concentración festiva que carece de todo tipo de autorización ... administrativa, se prolonga durante días y la única respuesta de las autoridades es esperar a ver si se cansan y se van voluntariamente. Lo de la 'rave' de Murcia confirma la doble vara de medir con que actúan los gestores públicos. Estamos hablando de la misma comunidad autónoma en la que hay abierta una investigación judicial por la muerte el pasado año de más de una decena de personas en unas discotecas que funcionaban también de manera ilegal. Sobre los dueños de esos recintos y sobre los funcionarios que se pusieron de perfil deseamos que caiga todo el peso de la ley, pero lo de la 'rave' masiva e ilegal es analizado como si fuera una demostración artística. Ojalá no suceda, pero está claro que a veces hace falta una desgracia para que algunos abran las ojos y otros queden con las vergüenzas de su inacción al descubierto.
Los viernes del ministro. Los martes el ministro Torres tiene, como el resto de miembros de su gabinete, Consejo; los miércoles puede que le toque pleno del Congreso, de manera que tiene lunes, jueves y viernes para dedicarse a los menesteres de su cartera. Pero los viernes los ha reservado, si la agenda se lo permite, para dejarse ver en las islas, hablar de todo un poco y recordar que sigue siendo el secretario general del Partido Socialista. Al llenar el hueco del protagonismo mediático del PSOE entre el viernes y el lunes, el resto de la organización parece que tiende a repetir lo que ya sucedió cuando Torres fue presidente de Canarias: hacen mutis por el foro y viven de las rentas de lo que haga Torres. Esa dependencia del líder genera una comodidad que no es de recibo en parte de la organización. Después, cuando llegan en las urnas, pasa lo que ya sucedió: el votante valora muy bien a Torres y bastante menos al partido.
Con Fitur en el horizonte. Tras las vacaciones navideñas, se pondrá en marcha la maquinaria para la primera gran feria turística del año. En Madrid se verán las caras los agentes del sector y los gestores públicos y tocará hacer balance de un año que acaba bastante bien en cuanto a cifras de llegada y facturación, aunque con el matiz de que los costes también se han disparado. Instalarse en la dinámica de querer crecer cada año en esos dos registros empieza a ser casi un imposible, sobre todo porque estamos hablando de un negocio donde la demanda depende de factores que no controlamos en destino.
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