Secciones
Servicios
Destacamos
Las noticias y las crisis se solapan. Llegó el apocalipsis en forma de DANA al flanco este peninsular y el resto de la actualidad pasó a un segundo plano. O sencillamente desapareció de los espacios informativos. Pero eso no evita que los problemas estén ahí ... y precisen de soluciones. Es lo que pasa con la inmigración irregular, que no se detiene y sigue utilizando a Canarias como puerta de entrada en España y, por extensión, en la Unión Europea.
El recuento del fin de semana nos deja la llegada de casi dos mil personas, con 329 menores en pateras y cayucos. Y nos sirve en bandeja otra tragedia: medio centenar de muertos, unos en lanchas zódiac que naufragan y otros en la agónica travesía de un cayuco que perdió el rumbo y sometió a sus ocupantes a un tránsito de semanas en la inmensidad del Atlántico, con los supervivientes tirando por la borda a los que iban muriendo de inanición.
Los inmigrantes mayores de edad acaban en centros de acogida temporal y más pronto que tarde son repartidos por el resto del territorio peninsular. Con ellos sí funcionan las derivaciones, por más que algunos medios de comunicación con sede en Madrid y varios gobiernos regionales sean contrarios a esos vuelos:se ve que prefieren que Canarias se convierta en una especie de Albania, con el Estado costeando la acogida temporal y con las islas convertidas así en lo más parecido a un presidio de migrantes.
Pero los menores se quedan. Yesos 300 se suman a los más de cinco mil que ya están siendo atendidos por la Comunidad Autónoma. Pasan las semanas y los meses y no se ve en el horizonte luz de acuerdo alguno entre los partidos de ámbito estatal para cambiar la normativa legal en materia de extranjería, de manera que el reparto entre autonomías deje de ser cuestión de buena voluntad (o de ideologías, que es lo que hay ahora).
En una entrevista publicada esta semana, la diputada de Coalición Canaria Cristina Valido se mostraba pesimista respecto a la posibilidad de que se produzca ese consenso entre el PSOE y el PP. Me sumo a esa impresión, y más aún después de ver cómo ante la tragedia de Valencia tampoco hay sentido de Estado (o sentido común) y los intereses de partido priman sobre lo que necesitan los ciudadanos.
Porque allí, en Valencia, hacen falta soluciones, militares, excavadoras, bombas de achique... y aquí, en Canarias, también hace falta que los grandes partidos se acuerden de que la migración es cuestión de Estado. Y de humanidad.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.