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Se cumplió el guion previsto: Conrado Domínguez, exdirector del Servicio Canario de la Salud (SCS), se acogió este jueves a su derecho a no declarar ... en la comisión de investigación del Parlamento canario que escruta contrataciones realizados antes, durante y después de su gestión, pero con su huella como eje central de la misma. Entraba en lo previsible, porque no es el primero que hace lo mismo, y es un hito más que apuntala que este tipo de comisiones, una vez judicializados los casos, tiene utilidad igual a cero. Otra cosa es que los parlamentarios se centren en analizar el contexto de esos hechos judicializados, con el fin de determinar responsabilidades políticas, si las hubiera, y también fijar pasos a seguir si en el futuro se produjesen circunstancias similares. En este sentido, ojalá se haga caso a lo que siempre advirtieron los científicos: tras la pandemia de covid-19, llegará otra. Tardará más o menos, pero la tendremos.
El silencio de Domínguez, que es absolutamente respetable, se contrapone con la intervención de su antecesora en el cargo: Blanca Méndez. A ella le tocó pagar el pato de haber sido nombrada por Teresa Cruz, entonces consejera, de manera que cuando esta fue finiquitada política por el Gobierno de Ángel Víctor Torres, salió por la puerta de la mano de Cruz Oval. Méndez habló alto y claro de lo que pasó en las tormentosas semanas de irrupción del covid-19 y las presiones que recibía su departamento. Y, con absoluta sinceridad, admitió que siempre tuvo la impresión de que ella estaba de prestado en el cargo, porque en el pacto regional siempre se quiso a Conrado Domínguez en el cargo. Y tuvieron que pasar por el mismo tres personas hasta que se materializó el deseo: primero estuvo Méndez, después Antonio Olivera, más tarde Alberto Pazos y finalmente Domínguez.
Los silencios de Domínguez tropezaron también con la labor fiscalizadora del Partido Popular, con Fernando Enseñat en esas labores, y de Coalición Canaria, con el diputado José Alberto Díaz Estébanez, demostrando que se había estudiado al detalle los contratos bajo sospecha. En el caso de Díaz Estébanez, hizo bien recordar que en 2022 Domínguez ya compareció en el Parlamento, como también el papelón de algunos partidos en aquel trance (algunos, por cierto, también en el suyo...). La mención de Díaz Estébanez a las alegaciones del SCS al preinforme de la Audiencia de Cuentas fueron muy oportunas.
¡Ah, también intervino el PSOE! Vamos a decir que fue inefable... sobran los comentarios.
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