Secciones
Servicios
Destacamos
Carlos Cuerpo llegó al Gobierno en calidad de ministro de Economía y con el difícil reto de tomar la cartera de Nadia Calviño. Conviene recordar, porque el tiempo pasa veloz y las noticias se atropellan, el extraño fenómeno acontecido con esta última: Calviño fue recibida ... por el mundo económico e incluso por sectores del PP como una garantía de freno ante las políticas de izquierdas de Pedro Sánchez, pero acabó recibiendo críticas de esos mismos sectores cuando vieron que la entonces vicepresidenta y ministra se convertía a la religión 'sanchista'. Cosas de los prejuicios, que ya se sabe que llevan al engaño...
Al irse Calviño al Banco Europeo de Inversiones, dicen que recomendó a Carlos Cuerpo y que Sánchez dijo 'amén'. Llegó el nuevo ministro avalado por un historial casi impecable como técnico y casi sin una línea en el ámbito político. Quizás por eso fue recibido ni con frío ni con calor. E incluso se obró un milagro singular:pasaban las semanas e incluso los meses y no recibía ni una sola pregunta de la oposición en las sesiones de control. Era como si Cuerpo fuese invisible, como si a nadie le importase lo que dijese o lo que hiciera, y eso a pesar de que su cartera tiene un papel relevante en el ámbito interno pero también en el externo, pues Economía es interlocutora preferente con las autoridades comunitarias y la labor fiscalizadora que hacen de las cuentas de cada país.
De repente, Cuerpo es protagonista: sus pegas a la reducción de jornada anunciada a bombo y platillo por la vicepresidenta y ministra de Trabajo Yolanda Díaz, un acuerdo pactado solo con los sindicatos, lo han colocado en el centro de la diana de los ataques de la propia Díaz. Una ofensiva que, a la hora de la verdad, protagoniza la vicepresidenta casi en solitario, pues Sumar se ha ido diluyendo como azucarillo en el café, al tiempo que Podemos ha empezado a resurgir de sus cenizas.
Visto el currículum político de Cuerpo, que es como hablar de cero al cuadrado, es evidente que el ministro no se ha instalado en la primera línea de combate por decisión propia. Alguien le ha dicho al titular de Economía que sea un soldado en la trinchera y que desde ahí dispare. Y ese alguien debe estar en Moncloa o en Ferraz, que a efectos prácticos vienen a ser el mismo sitio.
Gane quien gane el pulso, lo que es un sinsentido es tener un Gobierno que se hace oposición a sí mismo. Ya puestos, en la sesión de control en el Congreso debería algún diputado de Sumar fiscalizar a Cuerpo. Sería rizar el rizo de este descrédito.
¿Ya estás registrado/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.