La otra rendición de Breda
El pacto supone en la práctica reinventar el modelo de país
Cuentan los guías turísticos y artísticos que acompañan a los visitantes en el Museo del Prado que la mayoría de quienes acuden a la pinacoteca ... están ansiosos por ver 'Las Meninas' de Velázquez, 'El Jardín de las Delicias' del Bosco y algunas obras de Goya. En un escalón inferior, pero entre las más buscadas, se encuentra otra de Velázquez:'La Rendición de Breda'. Supongo que dentro de cinco siglos, habrá turistas que acudan al Museo Reina Sofía -o vaya usted a saber a qué pinacoteca digital- para contemplar una nueva versión de 'La Rendición de Breda':la que este jueves se escenificó en Bruselas, con el PSOE rendido ante Puigdemont y los suyos, recibiendo las llaves de la investidura pero entregando parte de su historia y, para muchos, también de su dignidad.
Este 9N es de los días para la historia. No me apunto al catastrofismo, pero con lo de histórico me refiero a que lo pactado estará seguramente en los libros que analicen el siglo XXI español y veremos si también el pacto marca un hito en el devenir como país. A fin de cuentas, una amnistía no es cualquier cosa: se trata de una ley que parte del principio de olvidar lo que pasó y que lo fía todo a que vendrá un futuro mejor. Lo primero podría ser admisible desde la generosidad que se da por hecha en toda democracia, pero lo segundo es un acto de fe. Y me incluyo entre los agnósticos en este punto. Otra consecuencia del acuerdo es que se abre el debate territorial, circunscrito, eso sí, al encaje de Cataluña en el Estado, pero eso conlleva quitar la piel al melón que nadie quería abrir: la reinvención del modelo de país que se selló con la Constitución de 1978. Aquella solución no fue del todo perfecta y de aquellos polvos vienen algunos lodos que ahora sufrimos, pero difícilmente la solución será satisfactoria si no cuenta con un consenso mayoritario. Ya día de hoy no parece que lo vaya a tener.
Me explico:un modelo de país no se inventa de hoy para mañana, con solo una parte del espectro político, y sujeto todo ello a que pasado mañana gobierne otro partido y lo vuelva a cambiar. No repitamos, por favor, lo que lleva décadas sucediendo con las leyes educativas...
Dicho lo anterior, lo de este 9N ha sido una rendición en toda regla. Y la prueba del algodón es que el PSOE eligió para dar la cara a su secretario de Organización, Santos Cerdán. El hombre, por supuesto, es respetable, pero no es Pedro Sánchez, no es el ministro Bolaños y no es la ministra María Jesús Montero. Ellos han participado en esto, ellos tienen las más altas responsabilidades de gobierno (y las tendrán) y cuando tocaba salir en la foto de esta rendición para la historia, se quitaron de en medio.
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