El político y el fuego
Los políticos no apagan los incendios. Para eso están los profesionales en la lucha contra el fuego y, sobre todo, los protocolos establecidos para evitarlos ... y para actuar según los mismos cuando se desaten, así como para garantizar que quienes están en primera línea de la batalla contra las llamas cuenten con los medios necesarios. Es en esto último donde se precisa la gestión política, porque todo pasa por fijar los presupuestos necesarios en materia de prevención y para la batalla contra el fuego, así como garantizar la mayor eficiencia en la gestión de ese dinero.
Añadamos a esto que vivimos en un país descentralizado, de manera que son las comunidades autónomas las que tienen que resolver esas incidencias. Pueden recabar ayuda del Estado y para eso, entre otros recursos, está la Unidad Militar de Emergencias, así como los medios aéreos y terrestres de que dispone el ministerio de Transición Ecológica.
Ahora bien, los políticos sí pueden ser material acelerante del fuego o, por el contrario, actuar como bálsamo para minimizar el impacto emocional del suceso. Sobre lo primero, estos días estamos teniendo ejemplos claros con el rifirrafe entre el dicharachero ministro Óscar Puente y los dirigentes autonómicos y nacionales del Partido Popular. Puente, que no tiene competencia alguna en asuntos relativos a los incendios forestales, entró en el debate cual pirómano armado con cerillas y gasolina y se puso a avivar el fuego. En el otro lado, tampoco estuvieron finos, en especial ese consejero castellano que se escudó en que también hay que comer pese a que esté ardiendo el monte, una expresión que recordó la de Pedro Sánchez en su comparecencia en Ferraz. Unos y otros solo están contribuyendo a dar la razón al discurso populista y antisistema que culpa de todos los males a la 'clase política', un caldo de cultivo que está favoreciendo con claridad a Vox.
¿Qué deben hacer, por tanto, los políticos ante una calamidad como un incendio forestal de grandes magnitudes? Pues lo que ha pasado en Canarias con los últimos sucesos de esas características:comparecer en el minuto uno para transmitir calma; dejar seguidamente el protagonismo a los profesionales en la lucha contra el fuego; buscar la complicidad de la ciudadanía y, sobre todo, trabajar antes de los incendios para minimizar el riesgo y para dotar presupuestariamente a quienes lo combaten. Y si, además, incluyen en el temario educativo enseñar cómo se debe actuar ante un incendio forestal, pues todavía mejor.
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