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Pues ya está. Ya tiene Christopher Nolan su Óscar (según la Fundación del Español Urgente va con tilde) como mejor director y su 'Oppenheimer' como ... mejor película. Y ya vieron los creadores de 'Barbie' cómo eso de hacer taquilla y marcar moda no es sinónimo de ganarse el respaldo de los académicos de Hollywood (y del resto del planeta, pues en la votación no solo participan los estadounidenses).
Tanto que me alegro por lo de Nolan y su película. Sobre todo si tenemos en cuenta que veníamos de lo ocurrido el pasado año, cuando la Academia coronó esa cosa titulada 'Todo a la vez en todas partes'. Sospecho que a medida que pasen los años hasta los que votaron se arrepentirán de aquellos premios, pero así es este juego en el que se conforma una lista de diez películas, cada una de su padre y su madre, y se busca la 'mejor', como quien pone en una mesa una pera, una manzana y un plátano y tiene que elegir cuál es la fruta más excelente. Para gustos, ya se sabe, los colores.
¿Merecían Nolan y su película ser los grandes vencedores de la gala? Si tenemos en cuenta que es uno de los pocos directores que sigue apostando por el cine en pantalla grande (en su caso, en pantalla gigante a ser posible), que se preocupa incluso por contar con un material fílmico adaptado a la idea visual que tiene en la cabeza y que por ahora no se ha dejado seducir por las plataformas de consumo en pantallas de móvil, pues digamos que ha sido el reconocimiento a un cine a la antigua usanza. Pero es que el tipo, que no llega a los sesenta años, lleva dos décadas haciendo lo mismo y ha parido unos cuantos títulos que han convencido al público mayoritario. Bien es cierto que parte del público sale de las salas discutiendo durante semanas qué sucedió exactamente y cuál era el final, pero sospecho que lo busca a propósito.
¿Es 'Oppenheimer' un filme redondo? No. Pero como en otras películas suyas, contiene momentos que quedarán para siempre: los siete minutos finales de 'Origen'; el acoplamiento de las naves en 'Interstellar'; la mezcla de historias en 'Dunkerque';y el 'macguffin' del diálogo entre Einstein y el padre de la bomba atómica. Como también incluyen pasajes prescindibles:el final patriótico de 'Dunkerque', casi todo en 'Tenet' y el empeño en 'Interstellar' en parecer Kubrick.
Y un apunte final: muy triste la reacción del público en la gala cuando el director de 'La zona de interés' denunció lo que sucede en Gaza. El tímido aplauso de Hollywood delata las complicidades...
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