Del director
Muertos de primera y segundaEstamos ante eso que en su momento se llamó 'víctimas colaterales'
Un error de los soldados de Israel ha provocado la muerte de tres ciudadanos de ese país que habían sido secuestrados por Hamás, que lograron ... escapar de sus captores y que iban hacia los militares con una bandera blanca en las manos en señal de paz. Un francotirador entendió que podía ser una trampa, seguramente pensó que había riesgo de que activasen explosivos y apretó el gatillo. Sobra decir que no apuntó a las piernas o a los brazos...
El suceso ha colocado al Gobierno de Netanyahu en un brete y hay quienes sostienen que lo ocurrido puede precipitar un nuevo alto el fuego temporal ante la creciente presión de las familias de los secuestrados.
Estamos ante eso que en su momento se llamó 'víctimas colaterales', que no deja de ser un eufemismo en la dialéctica de la guerra para hablar de víctimas inocentes. Y estamos ante otra evidencia de la hipocresía que se produce en las guerras, más aún cuando hay una notable asimetría entre los contendientes. Me refiero a que se monte un escándalo por estas tres muertes y no por las de civiles palestinos que no son miembros de Hamás y que llevan desde la acción de ese grupo terrorista soportando un asedio continuo por tierra, mar y aire.
No hay muertos de primera y segunda categoría, de manera que nos deberían doler todos por igual. Pero hasta la fecha a Israel solo le duelen los suyos y a Estados Unidos también, porque vetó una resolución de la ONU instando al alto el fuego. Sobre la conciencia de Netanyahu y de su Gobierno recae el peso de esas muertes, pero de todas: las de los israelíes que corrían hacia la libertad tras semanas en un zulo y las de los palestinos atacados sin que haya constancia de su participación activa en el ataque terrorista del 7 de octubre.
Veremos si las negociaciones a varias bandas para otro alto el fuego fructifican, pero siempre que no sea el cese de las hostilidades, estaremos ante un fracaso. Si agónico debe ser vivir en Gaza y no saber qué día y a qué hora caerá la bomba, no menos debe serlo disfrutar de un lapso de paz a sabiendas de que mañana o pasado se reanudará la ofensiva.
Como país democrático que es, Israel cuenta con mecanismos parlamentarios para cambiar el rumbo de la situación pero la mayoría legislativa está a día de hoy en el lado de quienes ordenan seguir con la ofensiva. En el lado de Hamás no debemos esperar nada: el terrorista ni siquiera usa el término 'víctima colateral' porque de lo que presume es de las cabelleras que corta.
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