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El vaso medio lleno dice que una de las virtudes del sistema judicial español es la garantía de que hay instancias superiores que revisan los ... fallos y pueden corregirlos o directamente enmendarlos de cabo a rabo. El vaso medio vacío subraya que cuando ocurre esto último, crece la desconfianza ciudadana hacia la Justicia, puesto que la sociedad se pregunta cómo se compensa el daño creado y qué reproche reciben los autores del fallo corregido.
El propio vocabulario judicial es curioso en estos casos. No es que se enmiende y no es que se corrija;es que se estima el recurso de este o se desestima el de aquel. De esa forma se evitan decir que se está corrigiendo una injusticia o sencillamente se está reprochando a un juez o un tribunal su parecer.
Con el veredicto del Tribunal Superior de Cataluña a cuenta del llamado caso Alves ocurre algo de esto último. Donde un primer dictamen judicial vio delito, un segundo no lo ve. O, en todo caso, antepone la presunción de inocencia frente a una denuncia que no cree probada. Pero es que en la primera resolución hay un relato de «hechos probados», que son el punto de partida para, después de pasar por el tamiz de los preceptos jurídicos, llegar a las conclusiones y el fallo correspondiente. Y los hechos, como las noticias, o lo son o no lo son. Y las pruebas, como la verdad, o existen o no existen. Hay materias en las que no hay grises ni término medio, en especial cuando estamos hablando de acusaciones graves -como era el caso- y de la privación de derechos fundamentales -como le sucedió a Alves-.
Ahora habrá que esperar a si hay recurso sobre este último fallo y llegamos al Supremo para ver si concluye lo mismo o también enmienda la plana y volvemos al punto de partida. Mientras tanto, hay una mujer que, como dice su abogada, se ve de nuevo volviendo mentalmente al lugar de los hechos; hay un acusado y condenado que estuvo encarcelado por presuntos hechos que ahora el Tribunal Superior no ve probados y hay una ciudadanía que tiene motivos para preguntarse si el primer fallo fue erróneo, qué reprimenda tendrán los responsables del mismo.
La Justicia no está para dejar los vasos medio llenos o medio vacíos. Abogados y fiscales sí, pero una Justicia confusa y contradictoria no parece muy justa. Lo mismo, por cierto, cabe decir de quien es la número dos de nada menos que el Gobierno de España: o respeta las decisiones judiciales, aunque no las comparta, o no; lo que no cabe es decir que se interpretaron mal sus palabras. Todavía sabemos leer y escuchar.
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