Expresidentes
Discreparon ideológicamente, incluso se enfrentaron, pero se respetaban en lo personal
En la capilla ardiente de Jerónimo Saavedra, en la sede municipal de Vegueta, se hizo un silencio cuando los asistentes vieron aparecer a Manuel Hermoso ... a rendir sus respetos. Allí, de pie, ante el féretro, estaba el político que fue vicepresidente nombrado por el que antes había sido elegido por el Parlamento presidente, con el añadido de que en aquel mandato, un tiempo después, Hermoso encabezó una moción de censura que dejó a Saavedra en la oposición y que fue clave para llegar a lo que hoy conocemos como Coalición Canaria.
Esa era la estampa de los dos políticos pero, más allá de las ideologías, eran dos personas. Una acudía a ver a su antiguo amigo fallecido y el otro recibía los honores. Las tornas han cambiado y hoy las exequias tienen como protagonista a Manuel Hermoso Rojas, fallecido este martes en Tenerife.
En poco tiempo se han ido tres expresidentes de Canarias: en noviembre de 2023 fue el adiós de Saavedra; en febrero de 2024 el de Lorenzo Olarte y ahora el de Hermoso Rojas. Más lejano en el tiempo, pero dolorosa aún en el recuerdo, queda la despedida de Adán Martín. Aunque solo sea como ejercicio de imaginación para el consuelo, uno puede fabular sobre cómo serían las conversaciones entre los cuatro, con Adán Martín todavía empeñado en articular una Canarias más sólida e interconectar mejor aereopuertos y los puertos con el más alejado rincón municipal; Lorenzo Olarte enseñando el noble arte del regate político en corto, con el ingenio y la retranca que le caracterizaban; Saavedra tirando de ironía florentina y de los conocimientos enciclopédicos que atesoraba y Hermoso Rojas con el don de gentes que le permitió superar los recelos de su pasado insularista, cuando le tocó pasear por Gran Canaria y la gente comprobó que, efectivamente, los tinerfeños eran como los del resto de las islas, algo que sucede a la inversa.
Con sus virtudes y sus defectos, que los tuvieron, como todo hijo de vecino, la historia reciente de Canarias no se entiende sin ellos. La lista, por supuesto, es más larga pero se han ganado al menos una página en ella y no solo por el cargo. Pero sobre todo me quedo con el ejemplo que dieron al tener claro que la discrepancia ideológica, incluso el enfrentamiento, eran compatibles con el respeto personal. Eso que tanto se echa de menos en la política nacional actual, ellos lo llevaron impreso a fuego en sus trayectorias.
Por eso, aquel gesto de Hermoso en la capilla ardiente de Saavedra fue ejemplar.
Descanse en paz. Descansen en paz los cuatro.
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