Emergencia energética
La presente legislatura autonómica arrancó con un cero
Somos un archipiélago instalado en la excelencia turística, o eso dicen los números, porque superar cada año la cifra de 15 millones de visitantes tiene ... mucho mérito, especialmente si se tiene en cuenta que muchos de ellos repiten destino y son hijos y nietos de quienes llegaron los trajeron por primera siendo bebés.
Pero también somos un archipiélago instalado en la emergencia. Y no en una, sino en varias. A riesgo de dejarme alguna, me vienen a la memoria la migratoria, la energética, la habitacional, la hídrica y quizás habría que añadir la social si repasamos los datos de los estudios sobre exclusión y la grandísima brecha social que hay en las islas pese a la bonanza macroeconómica.
Sobre la emergencia migratoria se habló este jueves en el Foro CANARIAS7, en un encuentro centrado en el papel de las redes eléctricas como pieza clave en el desarrollo económico de las islas. Porque la historia enseña que el salto que da el archipiélago para convertirse en destino turístico de referencia vino básicamente de dos grandes aportaciones: la garantía de abrir el grifo y que saliera agua potable y contar con energía en todas las islas. Con el añadido de que sin una generación y distribución energética en condiciones, no hay desalación que aguante. Fueron, por tanto, dos actividades que funcionaron como vasos comunicantes y así siguen, pues entre los mayores consumidores de energía en el archipiélago sobresalen las empresas dedicadas a gestionar el ciclo integral del agua.
La presente legislatura autonómica arrancó con un cero energético y el descubrimiento de que el principal general de energía llevaba décadas advirtiendo a las administraciones sobre las carencias. Que derivan de una normativa que cuesta entender de qué cabeza surgió, pero que, sobre todo, se aplicó en Canarias con algo de ajuste de cuentas e incluso con ánimo de venganza, y el resultado fue un estropicio absoluto. Pero de aquello han pasado diez años, como también dos de esa declaración de emergencia en Canarias. Y cuando uno oye a los expertos, no queda otra que preguntarse si es que hay un empeño en colocarnos a los pies de otro apagón o es que alguien hace negocio ralentizando las cosas entre el ministerio de turno, el Gobierno regional, los cabildos y los ayuntamientos (más la compañía REE, que esa es harina del mismo costal...)
El día que llegue otro apagón no miremos solo a quien genera, sino a quienes continúan sin resolver el estropicio.
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