Debate sano
No es la primera vez que Bueno se instala por su cuenta
Las manifestaciones del pasado día 20 de abril han servido para colocar el nombre de Canarias en el tablero nacional e internacional. Los pesimistas sostienen ... que es una publicidad innecesaria y, sobre todo, negativa, pues da alas al discurso de que aquí se ha instalado la turismofobia y eso espoleará a destinos competidores. Los optimistas ven una ventana de oportunidad -expresión manida hasta la saciedad-, pues nos presenta como un territorio que reflexiona sobre su modelo de desarrollo, hace un alto en el camino y busca mecanismos para garantizar un crecimiento sostenible y, sobre todo, que la brecha social se reduzca y todos compartan la bonanza turística.
En ese mar de contradicciones, la alcaldesa de Mogán, Onalia Bueno, ha dado un paso al frente. Frente a un Gobierno de Canarias que sostiene que no es momento para una ecotasa, aparece ella, que es poco sospechosa de estar en contra del actual pacto de gobierno regional, y defiende la aplicación de un gravamen al visitante. Lo hace, además, recordando que sería una tasa municipal, de manera que la competencia es suya y ella cargará con el supuesto rechazo de los vecinos, si es que lo hubiera.
No es la primera vez que Bueno se instala por su cuenta acogiéndose a la independencia municipal. Ya planteó que había que echar el freno a la regulación del alquiler vacacional que proponía el Ejecutivo y ya veremos si su planteamiento acaba siendo recogido en el texto final que debe salir del Consejo de Gobierno y en última instancia del Parlamento.
Lo evidente es que no viene mal aprovechar los momentos de bonanza turística para revisar algunas cuestiones. Como también es evidente que no se puede contestar a cierta protesta ciudadana con el engaño de decir que se les ha escuchado y después no hacer absolutamente nada. Todo ello, además, con un matiz que debemos tener muy presente: la realidad de las islas es muy diferente. Las hay que llevan tiempo apostando por más facturación y menos turismo, como Gran Canaria, y las hay que han cimentado su éxito solo en la cifra de llegadas y en dejar desde el Cabildo y los ayuntamientos que se instalase un crecimiento urbanístico desaforado:léase Tenerife.
Miremos el vaso como si estuviera medio lleno: aprovechemos que podemos exportar la imagen de destino concienciado con la sostenibilidad y convirtamos esa reflexión en un activo más para atraer a visitantes igualmente comprometidos con esos valores.
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