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Después de la decepción que supuso el intento de conseguir la capitalidad cultural europea para la capital grancanaria durante el mandato de Jerónimo Saavedra como ... alcalde, costaba entender que se recuperase esa iniciativa. Pero se hizo, supongo que porque en el grupo de gobierno de la ciudad contaban con elementos que permitían intuir que había posibilidades de aspirar con fuerza a ese hito. Seguramente es que el resto estábamos ciegos.
Con el paso del tiempo, uno quiere pensar que sigue siendo posible, pero hay datos sobre la mesa que apuntalan la sensación de que aquello fue un espejismo. Si ya fue mala noticia que una ciudad que quiere ser Capital Europea de la Cultura viese cómo su concejal de ramo daba un portazo y se marchaba porque entendía que la visión de cómo hacer realidad su hoja de ruta tropezaba con la del resto de ediles gobernantes, tanto o más lo es que el director de la oficina técnica encargada de coordinar esa candidatura dimita y lo haga argumentando que su proyecto choca con la figura de la Sociedad de Promoción.
La pregunta, vista una cosa y la otra, es evidente: ¿es que se construyó la casa de la candidatura por el tejado? Si de verdad se aspira a ser la referencia europea en materia cultural, el concejal de Cultura debe estar al frente de la manifestación de principio a fin, como también el encargado de dar forma al proyecto debería desde el minuto uno haber contado con lo que entendía necesario, incluyendo el encaje institucional y, por supuesto, presupuestario. Lo contrario es un brindis al sol condenado al fracaso. Y espero que no sea así, pero desde luego estas dos fugas institucionales son un borrón de calado en el expediente que llega a quienes deben decidir sobre las candidaturas presentadas.
Sobre la figura de la Sociedad de Promoción empiezan a acumularse los indicios de que, más que una solución, se ha convertido en un problema para el Ayuntamiento. No entro ya en las cuestiones que está dirimiendo la Fiscalía Anticorrupción en las diligencias abiertas y denunciadas por el Partido Popular, sino en la evidencia de que el ente, creado en su día para dar agilidad a los procedimientos administrativos, es ya un gigante que ensombrece a las concejalías, las devora y las arrastra si algo no funciona bien en su interior.
Dicho lo anterior, veremos si el siguiente en dirigir la oficina técnica consigue sobre los escombros actuales cimentar debidamente el edificio. De lo contrario, más que dirigir un proyecto le tocará preparar el inventario de cara al cierre.
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