Cita en La Palma
Al fin llegó el día. Pedro Sánchez cogerá el Falcon, se dará un salto a La Palma y allí se sentará con Fernando Clavijo, en ... el esperado encuentro entre los máximos representantes de dos gobiernos que tienen mucho de lo que hablar, pero sobre todo de un asunto relevante: cómo resolver el colapso en la acogida de menores migrantes no acompañados ante la evidencia de que la mayoría de comunidades autónomas prefieren ponerse de perfil y mirar hacia otro lado... hasta que les afecte el asunto, como estamos viendo ahora con Baleares o la ciudad autónoma de Ceuta (ambas con presidentes del Partido Popular, por cierto).
A falta de que alguien aclare el misterio de por qué la cita es en La Palma y no en Lanzarote o en cualquiera otra de las islas donde más menores hay acogidos, empezando por Gran Canaria, lo cierto es que quizás son demasiadas las expectativas ante el encuentro. Básicamente porque ya hubo acuerdo pleno entre los dos gobiernos sobre la necesidad de cambiar la Ley de Extranjería, un consenso que se tradujo en la proposición de ley presentada en el Congreso con la rúbrica de socialistas, Sumar y Coalición Canaria.
En todo aquel proceso, el PSOE y el Gobierno central hurtaron a la opinión pública algo que sabían desde el minuto uno:la mayoría que hizo posible la investidura se había fracturado en este asunto, pues el voto afirmativo de Junts no estaba asegurado. Eso hizo que las miradas se centrasen en el PP, que tenía entonces la losa de su alianza autonómica con Vox en varias comunidades, con los de Abascal advirtiendo de que, para ellos, el único menor migrante no acompañado aceptable es aquel al que se le sube a un avión y se le devuelve sobre la marcha a África. Pero incluso después de la espantada de Vox, que rompió sus puentes con el PP por aceptar el reparto de unas pocas decenas de menores, los populares siguieron poniendo excusas y haciendo suyo el discurso de Isabel Díaz Ayuso, que en esto de la migración se parece bastante al de Vox.
De manera que la cita de este viernes hay que darla por bienvenida pero sin esperar grandes resultados. Era Sánchez quien más perdía en cuanto a imagen si no accedía al encuentro: a ver cómo explicaba que hubiese elegido Canarias para sus vacaciones, sin hacer un alto para atender un asunto urgente en el que está en juego la atención humanitaria, y sí tuviera tiempo para verse con su compañero de partido Salvador Illa en un mercadillo de fin de semana.
Así las cosas, la cumbre de La Palma vamos a dejarla en una loma. No más.
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