Cambios en la parrilla
En una arriesgada apuesta, Ana Rosa Quintana vuelve a las mañanas de Telecinco. En realidad, lo arriesgado fue sacarla de esa ubicación y ponerla en ... la parrilla de la tarde, donde era evidente que ella no estaba a gusto y donde acabó pasando lo previsible:Antena 3, con Sonsoles Ónega al frente como competidora, se la zampó literalmente y Quintana pasó de ser la reina de las mañanas a ser la segunda de la franja vespertina.
Para ser exactos, Quintana ya no era reina alguna de la mañana. El cetro se lo apropió una fórmula televisiva que huye abiertamente de la politización matinal: La Sexta ha encontrado ahí un filón con el programa de Arús, que está ideado para que la gente que se levanta temprano ponga una sonrisa mientras desayuna, algo así como las radiofórmulas matinales.
Este lunes Quintana regresó a la mañana con lo previsible: una tertulia hiperpolitizada e hiperagresiva donde los intervinientes se pisaban entre sí, un editorial cargando contra Pedro Sánchez y una entrevista igualmente previsible a Isabel Díaz Ayuso. Impagable la justificación que hizo Quintana de la presencia de la presidenta madrileña:llegó a decir que estaba allí porque había sido la protagonista del fin de semana gracias al congreso de los socialistas de la Comunidad de Madrid.
Es la confirmación de una apuesta editorial de la cadena para recuperar una audiencia conservadora que Mediaset cree que ha perdido. Pero creo que difícilmente lo logrará si no hay coherencia entre la mañana y el resto de la jornada, especialmente con unos espacios informativos que tratan de hacerse un hueco entre la polarización que representan Antena 3 y TVE. Pero ya se sabe que en tiempos de guerra de trincheras, o se está con unos o se está con otros. Desgraciadamente, las terceras vías acaban siendo víctimas de los disparos de los francotiradores y en muchas ocasiones no de los enemigos, sino de los que están en el mismo bando.
Mientras las grandes cadenas generalistas retocan sus parrillas con la mirada puesta en la audiencia y en lo que hacen los competidores, La 2 va a poco a poco escalando puestos. La hermana pobre de ese paquidermo que es TVE ha visto en estos meses cómo algunos de sus programas se colocan entre los diez o los quince más vistos del día, con dígitos que ya quisieran los programadores de La Sexta o Cuatro. Es la confirmación de que hay público para todo, pero sobre todo también lo hay para una televisión que no busca provocar necesariamente dolor de estómago o incluso náusea. Es la mejor de las noticias catódicas.
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