Del director
Alertas ante la lluviaPuestos a ver el vaso medio lleno, este domingo los avisos han funcionado
En noviembre dejará el cargo el que llegó como flamante vicepresidente del Gobierno valenciano, el militar retirado Francisco José Gan Pampols, que llegó al gabinete ... autonómico como fichaje estrella de Carlos Mazón para liderar la reconstrucción de las zonas afectadas por la dana.
Once meses después de aquella tragedia, el balance de Gan Pampols dista mucho de lo que seguramente soñó Mazón. El presidente valenciano, presa del escándalo por su ausencia en las horas iniciales de la crisis, necesitaba un golpe de efecto y creyó encontrarlo en un militar de larga trayectoria. Pero una cosa es mandar sobre la tropa y otra muy diferente hacerlo desde un cargo político. Y más difícil debe resultar cuando, recién aterrizado en el cargo, presumió de que había que aparcar la política, como si la misma fuese un producto tóxico.
Ya lo apunte aquí mismo entonces: cuidado con esos mensajes porque aquí empiezan cosas que se parecen muy poco a una democracia. Una cosa es que fallen los agentes políticos y otra muy diferente que la existencia de partidos políticos y las discrepancias entre ellos sean un problema para la democracia. Cuando, en realidad, son elementos indispensables para que los sistemas democráticos se oxigenen.
Para que funcionase la reconstrucción plena de las zonas afectadas por la riada, Gan Pampols habría precisado contar con todos los resortes de la propia democracia: el poder legislativo autonómico y la colaboración plena con el Estado y las administraciones locales, además, por supuesto, de una gestión diligente de las consejerías autonómicas. Sin eso, su cargo era pura retórica. Y es lo que, por lo que cuentan desde Valencia y por lo que deja entrever el propio Gan Pampols con sus últimas declaraciones, ha sucedido.
Puestos a ver el vaso medio lleno, este domingo las alertas han funcionado. Tanto la Comunidad Valenciana como Cataluña se apuntaron a prudentes ante los avisos meteorológicos, que apuntaban precipitaciones muy intensas y continuadas en el tiempo. Fue lo que dijeron los meteorólogos hace once meses en Valencia y entonces la reacción fue otra: la Generalitat se enredó con una consejera que ni sabía que había un sistema de alertas a la ciudadania; el presidente estuvo perdido en combate y, para más inri, Gan Pampols acabó responsabilizando a la ciudadanía con el peregrino argumento de que bajaron al garaje a sacar el coche en lugar de guarnecerse. Lo dicho: al menos esta vez la lluvia ha encontrado el paraguas de una mejor gestión.
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