La alegría socialista
Con los votos del 23-J en las manos, Canarias tiene una mayoría sociológica de centroizquierda
El Partido Socialista en Canarias está como niño con zapatos nuevos. La noche del domingo hubo fiesta, voladores y hasta piñata en la casa común ... del socialismo isleño, donde se reencontraron todos los que la velada del 28 de mayo estaban de duelo ante el resultado de las elecciones autonómicas y locales.
Pero es una alegría envuelta en melancolía. Mirando los resultados del pasado domingo, los socialistas siguen alimentando precisamente la pena por ver cómo el Pacto de las Flores no se podía reeditar. Y, además, agravan esa magua con el discurso ya oído el 28-M y en días posteriores de «ves, ganamos en la lista regional y eso significa que la gente quería que siguiésemos gobernando». Todo ello se sustenta en que el PSOE sacó en estas elecciones generales seis diputados en las dos provincias, se hizo con la mayoría de senadores (incluida La Palma, donde venían de un 28-M aciago), y se tiñó de rojo el mapa del voto municipal.
Si nos quedamos con el argumentario de ese llanto del socialismo canario habría que concluir que para conseguir de nuevo el poder en las islas precisan una candidatura regional única encabezada por Pedro Sánchez y con Ángel Víctor Torres de dos. O Sánchez en la regional y Torres en las siete circunscripciones insulares. Porque eso es lo que reflejan los resultados:una dependencia de los líderes que no es mala 'per se', pero que se convierte en un punto débil cuando no se hace la lectura adecuada.
Y creo que esa lectura pasa por pedir explicaciones a las estructuras insulares del partido, así como al área de Organización regional. Porque con los votos del 23-J en las manos, Canarias tiene una mayoría sociológica de centroizquierda pero que el 28-M no encontró a los candidatos adecuados encabezando sus listas insulares y municipales. Y eso no es responsabilidad de Pedro Sánchez. Lo fácil aquella noche fue decir que las políticas de Sánchez habían pasado factura al PSOE canario, pero si esas políticas de Sánchez son refrendadas en las urnas del archipiélago, entonces la excusa cae por su propio peso.
Tras el 28-M, el PSOE canario se ha estructurado para hacer oposición dando por buena la gestión de quienes precisamente más tienen que explicar. No hay sino que mirar el reparto de puestos en el Grupo Parlamentario Socialista. Con esos mimbres es verdad que se llegó al buen resultado de 2019 en las autonómicas, pero entonces había otros partidos que ayudaron en la suma para el cambio. Si el PSOE quiere liderar de nuevo otro cambio, con iguales mimbres creo que no le vale.
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