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El ganador es: Pedro Sánchez

«El PP se ha sumido en un profundo retraso en términos de cultura democrática»

Jueves, 1 de enero 1970

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Ni soy adivino, ni tengo una bola mágica, ni leo manos o caracoles, pero mucho tendrán que cambiar las cosas para que el Partido Popular vuelva a convertirse en una referencia política en nuestro país. Y lo digo así, de esta manera, porque considero que los conservadores han tirado por la borda muchos años de lucha bipartidista y liderazgo político, y todo ello por soberbia y creerse con inmunidad para hacer lo que les diese la gana.

Esta ha sido la dinámica de los populares en la última década, un tramo de tiempo en el que han combinado mayorías absolutas con pactos con quien fuese para así seguir gobernando pero, en ambos escenario, no han sabido fidelizar al votante indeciso y ahora, temo que solo les queden los fieles de siempre. Son varios millones, por supuesto, y se merecen todo el respeto de mundo, pero si sigue de esta manera el escenario político, me da que no darán para gobernar cuando Pedro Sánchez tenga a bien convocar elecciones generales. Ahora, con las primarias, se ha demostrado que el PP es un partido roto por muchos sitios, y mal zurcido por otros. Un grupo político que ha visto, en una semana, la manera en la que se ha sumido en un profundo retraso en términos de cultura democrática. ¿Por qué? En primer lugar porque se ha destapado la gran burbuja de militantes de la que siempre se habían vanagloriado, bajando de 800.000 a 66.706 inscritos para las primarias. Un bluff en toda regla. Cifras irrisorias que son las que han pasado por las urnas para decidir el futuro del partido entre varios candidatos diferentes, pero con un denominador común: la ausencia de proyecto y liderazgo. Y todo ello, bajo el inquietante silencio del ahora registrador de la propiedad, Mariano Rajoy, y el exhibicionismo erótico-festivo de José María Aznar. El partido necesita un cambio, pero no un simple lavado de cara, sino profundo y a conciencia, y el mismo debe de pasar por un ejercicio de honestidad y sentido común: reconocer los errores pasados y pedir disculpas por ellos. Y, sinceramente, no veo a Soraya haciéndolo, por mucho que en la campaña haya intentado ofrecer una imagen renovadora y de «nueva era».

Soraya tiene una tarea difícil, sobre todo porque tendrá que demostrar que el auténtico ganador de estas primarias en el Partido Popular no ha sido otro que el renacido socialista Pedro Sánchez. Quién se lo iba a decir hace unos meses...

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