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El CIS y las banderas

Domingo, 12 de noviembre 2017, 09:42

El barómetro de octubre del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), publicado el pasado martes, muestra un panorama político-electoral en el que crece Ciudadanos que, con un 17,5% de intención de voto, se sitúa a solo un punto porcentual de Unidos Podemos (18,5%). Esta última formación retrocede 1,8 puntos desde el último sondeo, es decir un 8,9%, apretando la lucha por la tercera plaza. Mientras que PP (28%) y PSOE (24,2%) siguen ocupando las primeros lugares, aunque bajan, ocho décimas los conservadores, siete los socialistas. Cualquier fórmula de Gobierno precisa, y sería dirigida, por una de las dos grandes fuerzas del viejo bipartidismo.

Aunque el CIS no traduce los porcentajes en escaños, con estos datos el PP no tendría en ningún caso mayoría absoluta. Pero, con toda probabilidad, podría alcanzar esta de manera holgada con un pacto con Ciudadanos, lo que le daría a los de Rajoy una estabilidad parlamentaria de la que hoy carecen. Aunque conviene recordar que la formación que dirige Albert Rivera ha obtenido hasta ahora en las urnas siempre mucho menos de lo que le pronosticaban los sondeos previos a las distintas citas electorales.

Eso sí, parece cada vez encontrarse más lejano el pretendido sorpasso de los de Pablo Iglesias a los del renacido Pedro Sánchez. La brecha es ya de más de cinco puntos, cuando en las elecciones de 2016 era de solo 1,5 (22,6% los socialistas frente al 21,1% de Unidos Podemos). Otros sondeos sitúan esa distancia en cuatro puntos. Todos los estudios demoscópicos coinciden en el retroceso que ha experimentado UP en el último año. Y la razón no es exclusivamente su posicionamiento sobre la crisis en Cataluña.

En todo caso, los morados tendrán que revertir su actual y progresivo declive si no quieren verse superados por los naranja y pasando a ocupar la cuarta plaza en la clasificación electoral. La valoración de sus líderes también es bien diferenciada: Rivera, aunque suspendido como todos, encabezando el ranking. Iglesias, destacado, con la peor nota.

Otra enseñanza de este y otros sondeos publicados en los últimos meses es que confirman que se desvanece la posibilidad a corto plazo de un Gobierno de las izquierdas. La ventana de oportunidad de 2015 se ha cerrado y no sabemos cuando volverá a abrirse. Algún día, tal vez, sus responsables ejerzan la autocrítica en torno a cómo se dilapidó la opción de cambio y cómo se frustraron las esperanzas de tanta gente.

Respecto a la adscripción ideológica derecha/izquierda, en una escala en la que 1 sería la extrema izquierda y 10 la extrema derecha, la media de los encuestados se sitúa en el 4,75, centro izquierda, pero algo más a la derecha que en el mismo sondeo de 2016 (4,63). En esa misma escala, consideran que los partidos más a la derecha son PP (8,22), a quien solo lo supera levemente su socio navarro, UPN, y Ciudadanos (6,74). EL PSOE en el centro izquierda, con un 4,55, el más cercano a la media ciudadana, y Podemos con un 2,09 en la banda izquierda del campo.

En el espacio nacionalista, el PNV obtiene un 6,09, ERC un 2,93, el PDeCat un 5,83 y EH-Bildu un 2,39. Respecto a los partidos de ámbito canario, otorgan un 6,48 a CC y un 5,54 a NC. Hace solo un año las puntuaciones eran 5,98 para CC y 4,56 para NC.

Por grupos de edad, el situado más a la derecha es el de 65 o más años (con una puntuación de 5,45) y el más a la izquierda el de 35-44 (4,44) casi a la par que las cohortes más jóvenes, 18-24 (4,45). Y las mujeres (4,84) se sitúan de media ligeramente a la derecha de los hombres (4,66), aunque ambos en el centro izquierda.

Con relación a la organización del Estado son pequeños los cambios apreciables. Disminuyen 0,4 puntos los que quieren un estado central sin autonomías, al pasar del 17,9% al 17,5%. Aunque aumentan los que quieren reducir el grado de autogobierno del 9,2% al 10,7%, pero que vienen a ser cifras muy parecidas a las de octubre del 2016 (10,5%). La mayoría, el 39,2% desea mantener el estatus actual, y, curiosamente, crecen los favorables a reconocer la independencia del 9,9% al 10,2%, dato que también es un calco de hace un año (10,1%).

Los más favorables a un estado central único, sin autonomías, son las personas de 65 y más años. Uno de cada cuatro lo expresa así. Los menos propensos al centralismo, los de 18-24 (9,7%). Los grupos más jóvenes son contundentes en la defensa del actual estado autonómico: el 43% de los encuestados de 25 a 34 años y el 43,1% de los de 18-24 desea mantenerlo en sus actuales formulaciones. Y respecto al derecho a la independencia, quienes más lo apoyan son los de 25-34 (12,9%).

Respecto al sentimiento identitario de los encuestados, los que se sienten solo españoles avanzan levemente del 15,7% al 16,1% con relación al último sondeo, pero son menos que en el sondeo de octubre de 2016 (16,3%). Y los que dicen ser más españoles que de su comunidad pasan del 5,9% en 2016 al 7,1% del pasado julio hasta alcanzar el 7,5% en octubre. La gran mayoría hace compatibles sus dos identidades, la de su comunidad y la española, con un 53,7%, inferior eso sí al 55,3% de hace un año. Por último, un 10,2% se siente más de su comunidad que española. Y un 6,2% solo de su comunidad.

Por edades, los que más manifiestan su españolidad son los de 65 y más (19,4%). Los que tiene entre 18 y 24 son los que más compatibilizan sus dos identidades (57,9%). Y los que se encuentran en la franja 35-44 resultan los que más se identifican solo con su comunidad autónoma (7,6%).

Con relación al nivel de estudios, los ciudadanos y ciudadanas con FP (4,56) y los de estudios superiores aparecen como los situados más a la izquierda (4,62); y los más a la derecha los que tienen estudios primarios (5,19). Los más favorables a un estado centralista son los que carecen de estudios (26,2%); los menos, los que tienen estudios superiores (15,7%) y FP (16,3%). El derecho a la independencia es mucho más apoyado entre la gente con estudios superiores (17,2%) y prácticamente nada por la que carece de estudios (0,8%).

Observando los datos anteriores, no parece que las convulsiones de los últimos meses, las masivas movilizaciones ciudadanas con el problema territorial en Cataluña como epicentro o la novedosa exhibición de banderas en balcones y plazas haya cambiado mucho el sentimiento identitario de los encuestados por el CIS. Tampoco que estemos, de momento, ante un crecimiento de la extrema derecha, los que así se consideran se mantienen en los mismos niveles de hace un año. Aunque esta se haya dejado ver, en ocasiones de forma muy violenta, en varias manifestaciones.

A expensas de lo que señalen posteriores estudios, da la impresión de que lo que ha ocurrido, pendiente de más profundos análisis, ha sido la exteriorización pública, en Cataluña y en el conjunto de España, de una significativa parte de la ciudadanía que ya venía expresándose en los estudios sociológicos y en los propios procesos electorales pero que no se mostraba con tanta nitidez en las calles. Sería interesante, eso sí, evaluar estos datos por comunidades autónomas.

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