Correctivo al Gobierno
Editorial ·
Sánchez y sus ministros cosechan un varapalo inapelable en su ofensiva contra FerrovialSecciones
Servicios
Destacamos
Editorial ·
Sánchez y sus ministros cosechan un varapalo inapelable en su ofensiva contra FerrovialNecesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.
El Gobierno de Pedro Sánchez se llevó el pasado jueves un severo correctivo con el resultado de la junta de accionistas de Ferrovial, que aprobó, de forma abrumadora, el traslado de la sede de la compañía a Países Bajos. Un correctivo que obligaría al Gobierno, si fuera mínimamente responsable, a depurar responsabilidades internas, pues la primera conclusión es clara e inevitable: esa batalla entre el Ejecutivo y una empresa privada nunca debió librarse. La decisión de donde se sitúa la sede es patrimonio de la compañía privada y, en todo caso, de sus accionistas. Y siendo una batalla, como decimos, que estaba fuera de lugar y del tiempo en pleno siglo XXI en una democracia occidental, el resultado es una derrota contundente de Sánchez, pues tanto él como sus ministros pusieron toda la carne en el asador para presionar primero al presidente de Ferrovial, después a sus consejeros y finalmente a los accionistas de referencia. Y ni así consiguieron su propósito.
El argumentario de Ferrovial es claro: quiere competir en el exterior y para eso ha concluido que lo mejor es instalarse en un país que cuenta con una normativa fiscal más atractiva y, sobre todo, flexible, que se adapta precisamente a los requerimientos de las grandes corporaciones con cotizaciones en las bolsas internacionales. Estamos, por tanto, ante una estrategia orientada al crecimiento, lo que conlleva un riesgo, pero eso es propio de la iniciativa privada y del espíritu emprendedor que se espera de inversores que aspiran a progresar con bases sólidas. Si lo que Sánchez quiere es contar con empresas privadas sujetas al dictado ideológico de sus ministros, entonces habrá que concluir que no termina de entender en qué consiste la libertad de mercado.
Se podrá cuestionar si Países Bajos, que es un miembro de la Unión Europea, hace una competencia desleal el resto de sus socios comunitarios o si sus incentivos caben en un espacio europeo cohesionado. Y es ahí donde debió centrar sus esfuerzos hace tiempo Sánchez, como también la vicepresidenta Nadia Calviño y del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares. Lo otro, lo que ha hecho ahora con ese resultado de un varapalo inapelable, es una intromisión impropia, innecesaria y que, por si fuera poco, lanza al exterior un mensaje que daña todavía más la imagen de España.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para registrados
¿Ya eres registrado?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.